Goiania, Brasil/AFP La renovada selección brasileña del técnico Mano Menezes, que rescata el tradicional “jogo bonito” con una mezcla de nuevos y experimentados jugadores, recibe hoy a Holanda en un partido que recuerda la amarga eliminación de la “canarinha” en el Mundial del 2010.
“Para tener un equipo fuerte se necesita el equilibrio de esa juventud con talento, con los jugadores que ya fueron parte de nuestra trayectoria de triunfos y también de algunas derrotas que nos marcaron”, insistió el técnico.
Por eso, nombres como el de los experimentados Julio César, Lúcio y Robinho se mezclan con el de Neymar y Leandro Damiao, jóvenes promesas quienes debutaron en la “era” Menezes.
“Neymar es mi ahijado desde hace ya un tiempo. Ahora voy a adoptar a Lucas, quien es un buen muchacho y va a ser “crack” en la selección, lo pueden apostar”, dijo Robinho, actual artillero de la selección con 27 goles.
“Servir a la “seleçao”, en amistoso o no, es siempre maravilloso. Siento orgullo al estar aquí, siempre que esté en la selección brasileña voy a dar el máximo”, afirmó Neymar, de 19 años y ya convertido en la estrella del Santos, clasificado a la final de la Copa Libertadores de América.
Desde que asumió como entrenador de la “seleçao” en el 2010 en sustitución de Dunga, dimitido tras el fracaso en Sudáfrica, Menezes hizo borrón y cuenta nueva y cambió la convocatoria y el estilo de juego en la cancha.