Roberth Arias Sancho llegó al fútbol por la insistencia de su hermano Carlos. De no haber sido por él, probablemente hoy no sería el reconocido defensor y capitán del club Sport Herediano, sino un seguidor más del equipo y, quizás, un regular o excelente basquetbolista, por la pasión que experimenta por este deporte.
Ingresó al fútbol por la puerta grande: de un equipo de pueblo pasó a la Selección Nacional Infantil que disputaría el premundial de Trinidad y Tobago de 1996.
La escogencia de los jugadores ya había terminado y su hermano Carlos le suplicó al técnico patrio, Armando Rodríguez, que le hiciera una prueba a él.
A sus 15 años, pasó el examen y, a partir de ese momento, aunque el Saprissa y Alajuela mostraron interés por ficharlo, pasó al Herediano por decisión de su padre.
Hoy, 16 años después, el último emblema florense fue dado recientemente de baja por los dirigentes del club.
Le argumentaron que fue por asuntos salariales. Otras personas arguyen que obedeció a problemas disciplinarios.
Arias rechaza lo que dicen y se siente tranquilo de haber dado lo mejor de sí al club.
Esperan que el fútbol los premie
¡Qué no les tiemble esta noche!
Dejarán sangre y sudor en cancha
¡Que el regreso sea con la Copa!
Estadio tendrá su cuenta propia
Cayó el telón del fútbol nacional
Memphis alargó la serie al máximo
Traña aconsejó pastas y tenis suaves