Cartago. - La presidenta Laura Chinchilla pidió ayer a la Virgen de los Ángeles “inspiración” para enfrentar los reproches a su administración y llevar adelante su tarea como gobernante, a la que ella calificó como “esa inmensa carga de responsabilidad que has puesto sobre mis hombros”.
Chinchilla aprovechó su discurso del 2 de agosto, posterior a la misa frente a la Basílica de los Ángeles, para suplicar a la Patrona de Costa Rica lucidez para no flaquear ante las críticas que los ciudadanos le hacen.
“Al igual que tantos feligreses yo también sumo mis plegarias a tus incesantes desvelos, para no desfallecer ante los innumerables obstáculos que encuentro en el camino; para no perder el norte de mis convicciones en medio de vendavales de recriminaciones. Para siempre aceptar con humildad la crítica fundamentada y bien intencionada que permita enmendar nuestras acciones; para mantener la fortaleza que hasta ahora me has dado”, afirmó la mandataria ayer en Cartago.
Hace cuatro días, una encuesta de Unimer publicada por el diario La Nación reveló que más de la mitad (53 por ciento) de la población ve mala la gestión de la presidenta Chinchilla.
Destacó logros
La presidenta usó el discurso para enumerar una serie de logros de su Gobierno en materia de empleo y seguridad ciudadana.
“En Costa Rica empezamos a ganar victorias en favor de la vida y la tranquilidad de nuestra población. Cuando otros pueblos pierden sus referentes éticos y espirituales y se entregan a un relativismo moral y a un materialismo desbocado, en Costa Rica más de la mitad de la población emprende, año con año, esta marcha de fe y esperanza”, aseguró.
Poco antes, el presidente de la Conferencia Episcopal, monseñor Óscar Fernández, advirtió en su discurso sobre la creciente violencia que hoy en día enfrenta el país, desde “las manifestaciones de grupos por razones políticas” hasta la violencia de los conductores en las calles , los robos y el aumento de armas de fuego en manos de los ciudadanos.
“Le vengo a pedir que me devuelva la vista”
Ayer una escena conmovió a muchos de los presentes en la Basílica de los Ángeles: una joven madre con su pequeño hijo invidente de seis años, avanzando de rodillas al altar de la Negrita.
Su nombre es María de los Ángeles Araya Quirós y su hijo se llama Víctor Manuel, de 9 años, quien perdió la vista en el año 2006, por un tumor que apareció en su cabeza.
Ellos caminaron a la Basílica desde Paraíso de Cartago, con los otros tres hermanitos de Víctor: Rafael Ángel, de 13 años, Gabriel Jesús, de 6 y Sofía Nazareth, de 4.
Todos llegaron alegres y con un gran objetivo: agradecerle a la Virgen por haber salvado a Víctor, a quien los médicos le daban pocas esperanzas de vida cuando le diagnosticaron la enfermedad.
“Él estaba ya en una fase terminal, y luego de que le aplicaron quimioterapia y radiación el tumor desapareció”, contó doña María.
“Diosito y la Virgen me lo sanaron. Él es mi gran bendición y todos los años venimos a agradecer por su vida”, aseguró la madre.
Víctor, por su parte, tiene un solo deseo: “le vengo a pedir a la Virgen que me devuelva la vista”.
El pequeño lleva una vida normal, contó su madre. Cursa el tercer grado en la escuela Rescate de Ujarrás y sus materias favoritas son Español y Matemáticas, según dijo.
La familia también le agradeció a “La Negrita” por el éxito de una panadería que abrieron hace tres meses, la cual ayer era atendida por el esposo de María, Rafael Ángel Mata, mientras su familia caminaba alegre a Cartago.
