Psicopedagoga
Soy un hombre joven, tengo 32 años, pero por un accidente en mi trabajo, quedé en cama postrado, incapacitado y debo admitir que me he ido deprimiendo. Mi esposa trabaja, pero lo que más me ha afectado, es que ella como que me ha abandonado emocionalmente: me regaña, me trata mal, como histérica y está alejada de mí.
Créame que lamento mucho todo lo que ha pasado, pues es un proceso muy doloroso, no sólo a nivel físico, sino integral. Quiero decirle que usted no es una discapacidad, eso sólo es una condición suya; que por favor no se concentre en lo que perdió, sino en todo el nuevo potencial que tiene al frente y que visualice nuevos talentos que puede fortalecer. Debe aceptar su cuerpo y reconciliarse con él, alimentar diariamente su relación con Dios. Fundamental es también que realice ejercicio físico diario. Si su esposa ve un cambio de actitud y de conducta de su parte, puede ser que ella calme su ansiedad y reaccione mejor. Pero además es vital, que dialoguen, dígale que usted valora todo lo que ella hace y agradézcale todo; luego, cuéntele sinceramente cómo usted se siente. Ambos deben acudir a recibir ayuda psicológica.
