Nacionales
Domingo 19 de agosto de 2012, Costa Rica

Editorial

Motociclistas, riesgo y prudencia

No se puede poner en duda que viajar en motocicleta es una alternativa útil y económica en ciudades, como las nuestras, congestionadas de vehículos, de vías en mal estado y de horarios en su mayoría regulares para toda la población.

Pero es alarmante la cantidad de motociclistas que han muerto sobre las vías en lo que va del año, 57, y que dejan una estela de dolor y de preocupación.

La proliferación de motos en las calles es un factor a considerar puesto que queda a la habilidad y prudencia de sus conductores toda clase de suertes en las "horas pico", donde salen a relucir toda clase de acciones temerarias y sobrevienen eventuales accidentes a peatones y choferes.

A esto se suman otros factores como conducción a velocidades extremas, distracciones (hablar por teléfono mientras se conduce), y, donde no hay mayor control de las autoridades, viajar sin casco de seguridad y hasta con tres pasajeros, por vías oscuras, sin licencia o bajo los efectos del alcohol.

¿Será que quienes viajan en moto se olvidan que hacen las veces de carrocería y que ante un fuerte impacto son muy pocas las probabilidades de sobrevivir?

Según datos del Consejo de Seguridad Vial (Cosevi) entre enero y abril de este año se registraron 39 motociclistas fallecidos en el lugar del accidente y de esos, 12 personas murieron solo en el mes de abril.

Las cifras se han mantenido muy altas. En el 2007 murieron 71 motociclistas; en el 2008 fallecieron 91; para el 2009 la cifra bajó a 87; en el 2010 hubo 76 muertes y en el 2011, 72.

Si las estadísticas siguen al ritmo de meses recientes es muy probable que se supere la cifra de víctimas por esta causa en comparación con años anteriores.

El sector de los motociclistas parece no percatarse de que solo por el hecho de viajar en moto, se incluyen dentro un grupo que potencialmente está expuesto a engrosar las cifras no solo de muertos sino de familias afectadas, pues se podría deducir, fácilmente, que muchos de ellos son jefes de hogar y también llevan el sustento a sus hogares.

El problema se agrava dado los costos que deben asumir el INS y la Caja por incapacidades para los lesionados e indemnizaciones para los sobrevivientes.

Un cambio de cultura, un paso hacia la madurez, un giro hacia la cordura y al amor por la vida serían quizás los otros dispositivos de seguridad que deberían portar quienes viajan en moto. No están en ninguna ley, ni se pueden introducir en un maletín con un extinguidor, pero seguro que salvarán más vidas y bajarán infracciones y muertos.