Washington, EE. UU./AFP.- El sudeste de Estados Unidos enfrenta la amenaza de una serie de tornados, que a su paso por el centro del país, han dejado en la última semana importantes daños materiales, al menos 35 muertos y cientos de heridos en cuatro estados.
En la región central, el estado de Kentucky registra 17 víctimas mortales, seguido de Indiana con 14, en Ohio hubo tres y Alabama una persona fallecida.
Los servicios meteorológicos nacionales lanzaron ayer una alerta de tornados que podrían afectar a zonas de Alabama, Florida y Georgia, en el sudeste del país, con vientos de más de 120 km/h, lluvias cargadas con granizos de más de 4 cm de diámetro y descargas eléctricas.
El sábado, los servicios de rescate intentaban localizar a posibles sobrevivientes entre los escombros de las casas destrozadas el viernes en la región central de Estados Unidos, en especial en Kentucky, Indiana Ohio, Tennessee e Illinois.
El último informe provisional estimaba que 80 tornados devastaron a seis estados el viernes. Las imágenes del fenómeno climático son surrealistas: camiones y árboles volaron con el paso de mortíferas nubes. Autobuses se incrustaron contra casas de ladrillo, camiones fueron arrojados a lagos y muchas viviendas quedaron reducidas a escombros.
En Indiana, donde 14 personas murieron según el gobernador, Mitch Daniels, algunas pequeñas localidades casi fueron borradas del mapa. “Los reportes telefónicos indicaban que (el pueblo de) Marysville ha desaparecido”, dijo Chuck Adams, portavoz del departamento del alguacil.
“Estamos acostumbrados a la furia de la Madre Naturaleza en Indiana, pero lo que acabo de ver es terrible”, agregó Daniels.
Mientras, en Kentucky se registraron 13 tornados que acabaron con la vida de 17 personas, según datos de los servicios de emergencia y el propio gobernador, Steve Beshear. Se indicó que hubo daños en 40 condados y unas 22.000 personas quedaron sin energía eléctrica.
Este año, en Estados Unidos, los tornados se desataron un poco más temprano con el suave invierno creando las condiciones adecuadas para que los frentes fríos choquen contra el aire más caliente, creando el fenómeno.
