Sucesos
Martes 8 de mayo de 2012, Costa Rica

Autoridades le habían advertido el riesgo

Testigo asesinada tenía restringido el ingreso a Cartago

Gloriana Corrales

gloriana.corrales@nacion.com

Xinia María Gómez Vega, quien murió el domingo por la tarde tras recibir un balazo en la cabeza, debía permanecer lejos de Cartago –desde marzo – para proteger su integridad.

La mujer, de 40 años, testificaría mañana en el juicio por el crimen de Randall Vega González, quien apareció mutilado en el 2010 en Tucurrique de Cartago.

Según confirmó Róger Mata, jefe de la Oficina de Atención y Protección a Víctimas y Testigos del Ministerio Público, Gómez ingresó al programa el 30 de marzo.

“Cuando fue valorada por el equipo técnico de la provincia de Cartago, se determinó que ella debía salir de la zona de Cartago y algunos lugares periféricos de esa provincia, como mecanismo de protección”, indicó el jerarca.

El domingo por la tarde, Gómez regresó a esa provincia, aparentemente para visitar a un hermano que estaba enfermo.

La mujer recibió un disparo desde un automóvil en Cartago centro, 75 metros al norte y 100 oeste de la antigua comandancia.

“Es un traslado no autorizado, en el sentido de que ella no comunicó que se iba a desplazar.

“Si esto último hubiera ocurrido, nosotros hubiéramos tomado la previsión de hacer un traslado con los agentes de protección o buscar una medida alterna para que no se expusiera doña Xinia, como finalmente ocurrió”, comentó Mata.

La Fiscalía informó que la Oficina de Protección a Testigos había gestionado una videoconferencia para que la mujer no tuviera que acudir a los Tribunales de Cartago. Sin embargo, en el juicio se usarán sus declaraciones, pues se habían grabado previamente.