Un total de ocho personas fueron arrestadas ayer por agentes del OIJ y la Fiscalía como sospechosas de integrar una banda que secuestró a una madre y su hijo, luego de irrumpir en una quinta de El Roble de Alajuela.
El secuestro extorsivo se registró el 15 de abril anterior a las 4 a.m., en el momento en que una familia de nueve integrantes dormía en dos casas diferentes. Golpearon al cuidador.
Los sospechosos son de apellidos Ugalde (padre e hijo), Chavarría, Rodríguez, Cadet, Campos y dos de apellido Rojas.
Jorge Rojas, director del OIJ, afirmó que una vez reducidos a la impotencia, los ofendidos fueron amordazados y golpeados.
Para lograr su objetivo, los delincuentes dispararon en repetidas ocasiones a las paredes con una ametralladora AK- 47.
Después de robarse algún dinero, los malhechores se llevaron –en un vehículo de la familia – a una mujer y su hijo. El carro apareció en El Coyol, Alajuela.
Horas después exigieron, mediante llamadas, el pago de ¢200 millones.
“La mujer estuvo dos días como rehén, mientras que su hijo cuatro días. En la primer liberación se dio un pago de ¢10 millones y se determinó que en un BMW y un Hyundai Tucson recogieron el dinero”, dijo Rojas.
En el caso del joven, permaneció en cautiverio en un supermercado que expende licor clandestino en El Roble de Puntarenas. Su retorno fue a bordo de un camión refrigerado.
Fue llevado hasta San Joaquín de Flores, donde logró soltarse en un cafetal. Así evitó el pago de los restantes ¢190 millones.
Entre lo decomisado hay pelucas, chalecos antibalas, dos vehículos y el camión. Al grupo también se le relaciona con el asalto a un cajero dentro de las instalaciones de Dipo (La Uruca). Allí balearon a un guarda en nueve ocasiones. Se llevaron ¢42 millones.