Opinión

Milton Montenegro

Periodista

mimontenegro@aldia.co.cr

La Liga fue a México a medirse a Tigres e hizo las de Pumas, no llevó a Romagnoli y a Villa y también se llevó cinco goles.

Días antes de enfrentar a los rojinegros, Tigres recibió a Pumas y le recetó el mismo marcador que al cuadro costarricense.

El resultado hizo que la prensa azteca la emprendiera contra Mario Carrillo, entrenador de Pumas, a quien criticaron por no utilizar, ni siquiera convocar a los argentinos Martín Romagnoli y al delantero Emanuel el “Tito” Villa.

Son refuerzos de Pumas, dos de los jugadores más caros del plantel, y si bien es cierto no juegan con la Liga, sirvió para que en México se burlaran del conjunto costarricense.

En un programa deportivo que se transmite en México y aquí en la televisión por cable, el comunicador, al informar del juego entre Tigres y la Liga dijo: “Tigres repitió la dósis, esta vez al Alajuelense de Costa Rica, 5 por 0, Alajuelense tampoco trajo a Romagnoli y a Villa”, se mofó el periodista.

Más allá de la chota, la realidad es que aunque los rojinegros hubieran tenido en sus filas a los dos argentinos, tampoco hubieran clasificado, porque no llevaron personalidad, ambición, deseos de dar el paso y coraje para complicarle la vida al conjunto del “Tuca” Ferreti.

¿Pero qué se le puede pedir a los jugadores, cuando la cabeza de la institución, el presidente, termina diciendo “a la tercera será la vencida”?

O sea, el mensaje del jerarca fue: mis chiquitos tranquilos, al menos no nos hicieron ocho goles o más.

¿Y la exigencia para los futbolistas y cuerpo técnico? ¿A nivel internacional en la Liga no hay metas, porque el techo son los clubes mexicanos?

Por favor, el próximo año en Concacaf, es capaz que el equipo se queda en el camino y este señor dirá; otra vez no se nos hizo, pero en esta ocasión no nos golearon, solo dos nos hicieron.

Sí, la Liga no llevó a Romagnoli y al “Tito”, pero en casa también dejó las ganas, la concentración y al presidente.