El ruido, “sostenido y estridente” que generan las bocinas de las locomotoras del Instituto Costarricense de Ferrocarriles (Incofer) siguen generando malestar entre algunas personas.
Dos de ellas, una mujer y un hombre, vecinos de barrio Córdoba, en la capital, acudieron días atrás a la Sala Constitucional para quejarse y demandar “un ambiente saludable”. Los recurrentes, de apellidos Yu (el hombre) y Hurtado aseguraron, en un recurso de amparo, que el ruido no los deja dormir. Ella dijo temer por “los oídos en formación” de su hija de siete meses debido al fuerte ruido de las locomotoras azules, las más antiguas.
El recurso fue declarado sin lugar, pero la Sala exigió al Incofer “implementar alternativas de seguridad vial”. Se intentó conocer la versión del presidente ejecutivo del Incofer, Miguel Carabaguíaz, pero en su oficina informaron que estaba muy ocupado.
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