“Mi único problema como futbolista fui yo. A causa de mi carácter en mi país me perdí la oportunidad de integrar selecciones mundialistas o ir a torneos sudamericanos, y en Costa Rica pasar a equipos igual o más grandes que Heredia.”, recordó Daniel Casas en tono sonriente.

Era insoportable, aseguró, al punto que creo que me miraba al espejo y me inventaba cosas para sacarme de quicio.

“No recuerdo que me hayan expulsado por pegar, sino porque todo lo protestaba, porque la pelota era o no era redonda; o sea era un completo desastre. Gracias a Dios cambié”

“Ese que va ahí (Kenny Cunnigham) es un angelito al lado mío...por dicha que lo he enderezado bastante.

Yo protestaba, agregó porque tenía que hacerlo. Era una mal formación de lo que era ejercer un liderazgo, concepto que tenía equivocado porque venía de una sociedad políticamente con mil problemas.

“Era la época de la tiranía uruguaya, de una agresividad desmedida. Sin embargo, no me daba cuenta que llegaba a otra sociedad donde no había nada de eso. Pero yo seguía con la idea de que era la ley del más fuerte y que para ganar derecho había que meterla pesada como decimos nosotros”.