San Antonio de Belén- Si Hanna Gabriels quiere ser la mejor boxeadora del mundo tiene que tener claro que está obligada a entrenar no sólo como si fuera la peor sino como aquella que, además, enfrenta todas las desventajas posibles.
Esta es una de las máximas de su preparador físico Erick Arroyo con quien entrena dos horas al día antes de trabajar con su entrenador boxístico, Ezequiel Obando, con quien también pasa un tiempo parecido cada día.
“Estoy satisfecha con el trabajo de mis entrenadores y el apoyo de los patrocinadores. Espero que durante la pelea frente a Dakota Stone (su tercera defensa del título) pueda dar sorpresas”, expresa en las afueras del Balneario de Ojo de Agua.
En el caso de que la pelea se me complique –aclara– todos ustedes saben que yo daré lo mejor, que lucharé hasta el final y que ganaré a como dé lugar.
“Algunas veces ella y “Tiquito” (Bryan Vásquez, su novio) han llegado debajo de un paraguas porque amaneció bajo un torrencial aguacero y han tenido que meterse a la piscina con el agua a 10 grados o menos”, expresa el entrenador Arroyo.
Una de las cosas que ha tenido que aprender, comenta, es a leer su propio lenguaje corporal porque por más cansada que está, es incapaz de admitirlo.
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