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Sábado 24 de diciembre de 2011, Costa Rica
Pasión por el deporte

En tierra venezolana

Más barata la gasolina que el agua

Kenneth Hernández

Enviado Al Día

kenneth.hernandez@aldia.co.cr

Imáginese llegar a la gasolinera, llenar el tanque de 40 litros y pagar por ello menos de 1.000 colones.

Parece un sueño, una utopía, pero aquí en Venezuela es toda una realidad. En este país se vende la gasolina más barata del mundo pues es uno de los mayores productores mundiales de petróleo.

Un litro de gasolina es tan barato que una bebida gaseosa cuesta 20 veces más, una botella de agua 25 veces y una tacita de café expreso en una panadería 30 veces.

Ello significa que a la gente practicamente se le regale el combustible y no pase como en nuestro país que el bolsillo de los conductores llora cada vez que pasa a llenar el tanque y fruncir el ceño con los constantes aumentos.

“Aquí, uno le paga más a la persona que le limpia el parabrisas o revisa la presión de las llantas que por “tanquear”. Los bomberos (trabajadores de las bombas) aún conservan su trabajo porque al menos no es como otros países que uno mismo se sirve”, contó “J” un taxista que recorre a diario Barqusimeto con el fin de llevárle el sustento a su familia.

Según dijo “hay personas que pagan por el combustible y todavía se quedan esperando el vuelto, eso me parece una barbaridad porque prácticamente es regalada”.

Aunque parece una maravilla, el bajísimo precio tiene sus consecuencias; en los últimos años hubo un exagerado aumento en la compra de vehículos lo que volvió las carreteras un caos total. Las presas son pan de cada día y en las carreteras se impone la ley del más fuerte.

Las señales de tránsito casi que están de adorno pues poquísimos las respetan.

“Mi ‘pana’ aquí hay que andar avispado porque si uno se duerme le chocan facilito”, agregó “J” para quien los enfrentamientos políticos tienen al país en un eterno vaivén.

“Antes teníamos mejores carreteras pero como el gobernador nuestro es opositor de Hugo Chávez no manda plata para acá y cada vez se ponen peores. Así que toca aguantarnos”, concluyó.