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Domingo 17 de julio de 2011, San José, Costa Rica

Editorial

Presente y futuro de la “Sele”

La actuación de Costa Rica en la Copa América deja una luz de esperanza, en el porvenir de un grupo cuya meta a mediano plazo es clasificar a la Copa del Mundo de Brasil 2014.

Aún quedan muchas cosas por mejorar, pero al menos el plantel que hizo frente al torneo de fútbol más antiguo del planeta demostró coraje, pundonor, entrega y amor a la camiseta, ante adversarios de mayor nivel, peso y experiencia, si tomamos en cuenta que nuestro equipo fue con una representación Sub 22 con algunos refuerzos.

Bien ante Colombia (0-1), donde una expulsión tempranera de Randall “Chiqui” Brenes limitó nuestro accionar. Muy bien ante Bolivia (2-0), con un gran desempeño de Joel Campbell, que explotó con su fútbol en la Copa y finalmente Argentina desnudó nuestras carencias (0-3), en la cita continental que terminó con nuestros anhelos.

Bajo estos parámetros es claro que el proceso del argentino, Ricardo La Volpe debe continuar, ya sea bajo el mando del actual presidente Eduardo Li, o bien si en su momento llega a la silla de la Fedefútbol el aspirante Gilbert Fernández.

El trabajo de La Volpe en general es visto con buenos ojos; quizás con algún que otro desliz, ha realizado una buena labor, demostrando su liderazgo, experiencia y personalidad, a lo mejor un poco “complicada” para nuestro medio. Pero al fin y al cabo él no vino a caerle bien a todo el mundo, sino a lograr el boleto para el Mundial de Brasil, con el cual todos los costarricenses sueñan y de esta manera poder reencontrarnos con la élite del fútbol mundial, que reúne cada cuatro años para definir a los mejores.

El trabajo de La Volpe es claro que tiene satisfechos a muchos, sino que lo diga el sondeo realizado por Al Día, en nuestra web www.aldia.cr y publicado el viernes anterior, donde el 83% de las opiniones fueron favorables al argentino, mientras el 17% no está de acuerdo con el trabajo del sudamericanos al frente de la “Sele”.

Además los mismos jugadores, de quien depende en gran parte nuestra clasificación al Mundial, apoyan y respaldan al argentino, de quienes destacan su trabajo, en los entrenamientos y sus conocimientos técnico - tácticos.

Ahora bien, es claro que La Volpe requiere tiempo, para llevar a buen puerto su proceso, que no puede inculcar a los jugadores nacionales sus ideas de juego un día para otro, y menos tener un equipo competitivo con un campeonato que premia la mediocridad (aunque al menos en el próximo campeonato ya no clasificarán cuatro de seis equipo en cada uno de los grupos).

En lo que no estamos de acuerdo es las continuas sentencias de La Volpe de marcharse de nuestro país, cada vez que termina un torneo.

Se vivió en la Copa Oro y ahora tras la Copa América, el argentino volvió a reiterar su intención de marcharse del país, si varios de los jugadores jóvenes que están integrados al plantel se marchan del país en busca de mejores ofertas.

La confianza en la labor de La Volpe existe, por lo que sus ya reiteradas menciones de que desea marcharse, dejan entrever que está esperando la ocasión ideal para dejar nuestro país.

Sí es así o no, solo él lo sabrá, igual si las condiciones que le han dado son o no las mejores para darle forma a su proceso al frente de la Tricolor.

Hay algo que está claro, la sombra que en el pasado dejó el colombiano Francisco “Pacho” Maturana, cuando en 1999 dejó la escuadra patria, y culpó al “entorno” de su deserción del proceso que entonces pretendía llevar a cabo.

La Federación Costarricense de Fútbol y su jerarca, Eduardo Li, deben tener bien claro cuál es la intención real del argentino.

Sí el panorama está en permanecer al frente de la Tricolor, pese a todas las limitaciones que dice tener y hacerles frente para proseguir con su trabajo, o bien dentro de sus intenciones prefiere alejarse porque los resultados no se le están dando, y espera una oferta formal para dar un paso al costado y terminar con la relación laboral tica.

Ese es quizás el temor de muchos de los que se encuentran inmersos en el balompié tico, que una vez más se repita de nuevo el “plantón” de Maturana que nos dejó vestidos y alborotados.

Sin duda Li y su equipo deben tenerlo claro, porque un nuevo fiasco en su administración lo llevaría a quedar fuera de su cargo, y quizás sería la “pifia” más sonada en su era.