Deportes
Domingo 9 de octubre de 2011, Costa Rica
Pasión por el deporte

Opinión

Hay que inventarse otro truco

Antonio Alfaro

Editor

analfaro@aldia.co.cr

Cayó el telón. Los actores se marcharon. Todos menos uno. Regresa, como en el teatro, por más aplausos, para fundirse con el público, entregarse en reverencias, echárselo al bolsillo, hacerlo sentir que valió el boleto. Él sabe su oficio. Es un artista. Lo que no logra con la pelota, lo consigue a puro carisma. Sonríe. A veces con los pies, otras tantas con la boca y esa inconfundible dentadura que pasó de ser defecto a la mejor de sus aliadas.

Su función no estuvo a la altura de lo soñado: aunque aún tiene magia, del sombrero sacó una paloma cuando pretendía un conejo y los movimientos de su varita tan solo alcanzaron para hacer aparecer una flor. Con todo y todo, el público le aplaudió embelesado, sintiéndose dichoso.

Moraleja: Ronaldinho sabe hacer la función. Si le falta una virtud echa mano a la otra.

Entre bastidores, Eduardo Li lamentaba el estadio medio vacío. A su actuación no le faltaron aciertos: puso a Pinto en el banquillo, la “Sele” mostró mejoría, logró un fogueo impensable años atrás, pero contrario a Ronaldinho, Li no sonría, culpaba a la prensa, desdichada prensa, de haber enfatizado, según él, en el precio de las entradas. La próxima vez diremos “están baratas, regaladas”, aunque a nadie engañemos.

La verdad: una Fedefútbol atada a contratos de patrocinio y derechos de televisión que nunca contemplaron la venida de las mejores selecciones y cedieron derechos por todos los juegos de la “Sele”, sean Cuba o Brasil.

A nadie culpo, ¡quién iba a imaginarlo!

Ahora, Eduardo Li, esforzado, bienintencionado y capaz dirigente, en vez de lamentos, ingenuas explicaciones y distracciones, debe hacer las de Ronaldinho: si falta una cosa, encontrar otra. Si no hay patrocinios, que no escasee el ingenio. Las grandes funciones deben continuar.