Nueva York. Ap- No hay más que decir que el béisbol es el más impredecible de los deportes.
Una de las sorpresas, los Cardenales de San Luis frente a los Filis de Filadelfia, que se decidió el viernes con un 1-0 a favor de los primeros.
La victoria de Chris Carpenter sobre Roy Halladay evocó el sétimo juego de la Serie Mundial de 1991, en el que Jack Morris de Minnesota lanzó 10 innings para derrotar 1-0 a John Smoltz de Atlanta.
Otra cosa que marca al béisbol es la sensación de deja vú. Quién podría anticipar que en dos postemporadas consecutivas a Alex Rodríguez y Ryan Howard les iba a tocar ser el último out?
Las caídas de los Yanquisy Filis significan que los equipos con los mejores récords durante la temporada regular y las nóminas más caras de las mayores se despidieran en la primera ronda.
Además, implica que las tres grandes potencias de la costa Este, ya los Medias Rojas de Boston se derrumbaron en septiembre, se quedaron en el camino antes de lo previsto.
Tampoco ha faltado el factor de las premoniciones, a rienda suelta cuando una ardilla salió disparada durante el cuarto juego en San Luis y otra fue atrapada en Filadelfia en el quinto. Para los Filis la ardilla fue ave de mal agüero, pero no para los Cardenales.
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