Usaban patrullas y armas de Seguridad Pública

Nicolás Aguilar R.

naguilar@nacion.com

Son miembros de la Fuerza Pública sin antecedentes y algunos recibieron capacitación para combatir el narcotráfico.

Por eso mismo conocían a varios de los principales distribuidores de drogas de las comunidades donde laboraban.

Sin embargo, las cosas no eran como pintaban.

A unos traficantes los perseguían para detenerlos, pero a otros los hicieron sus aliados y habrían cometido con ellos graves delitos, según la Fiscalía.

Esta es la situación que enfrentan 13 policías, a quienes acusan de haber conformado “una organización criminal” que sembró el terror entre vendedores de drogas de los cantones de Moravia, Goicoechea y Escazú.

Lo que parecía ser una batida contra el narcotráfico resultó ser, en realidad, una mampara que, según pesquisas hechas por la Fiscalía y la PCD, utilizaron los oficiales para beneficio propio.

“Se dedicaron a sustraer drogas de uso no autorizado y bienes de valor que otros narcotraficantes almacenaban en sus viviendas o transportaban en vehículos y, posteriormente, colocaban dichas drogas en puntos de venta que otros narcotraficantes mantenían”, reza parte de la acusación planteada por la Fiscalía de Narcotráfico.

Los 13 policías fueron detenidos el 2 de febrero anterior y actualmente descuentan prisión preventiva en el centro penal La Reforma. Son de apellidos Mora, García, Zúñiga, Rivera, Obando, Sánchez, Fonseca, Víquez, Reyes, Chacón, Rojas, Campos y Castillo. También fue detenido un particular de apellido Céspedes.

Sus abogados, entre ellos Allan Arburola, han planteado diversas acciones para que sean liberados mientras fijan fecha para juicio, pero todavía siguen en prisión.

Allanamientos ilegales

La Fiscalía sostiene que las acciones de este grupo policial iniciaron a mediados de junio del 2010, cuando allanaron una casa en Vázquez de Coronado.

Después, de manera sistemática, efectuaron retenes y otros allanamientos para el decomiso de diversas cantidades de drogas.

Para ello contaban con la ayuda de varios traficantes que les informaban acerca de competidores a quienes los policías, sostienen las autoridades, sorprendían mediante operativos.

Durante las acciones utilizaban las patrullas; también sus armas, entre otros artículos del Ministerio de Seguridad Pública.

“Colocaban dichas drogas en puntos de venta que otros narcotraficantes mantenían y distribuían los bienes de valor entre los miembros de dicha organización, obteniendo significativas ganancias”, afirma la Fiscalía.

Los acusados, por medio de sus abogados, han rechazado en forma vehemente los cargos y fustigan la utilización de al menos tres sospechosos de traficar drogas como testigos “estrella”.

Se trata de hombres a quienes los policías habrían despojado de ocho kilos de marihuana al detenerlos, el 6 de setiembre del año anterior, en Calle Blancos de Goicoechea. “No puede ser que usen las declaraciones de esos testigos y menos que los beneficien a cambio de involucrar a policías”, se quejó Arburola.

El Juzgado Penal del Segundo Circuito Judicial de Goicoechea, en resolución del 3 de octubre anterior, avaló esos testimonios y reveló que los tres cuentan con medidas de protección por parte de la Oficina de Protección a Víctimas y Testigos, pues temen por sus vidas. “Se sienten atemorizados, lo cual, a criterio de quien juzga, es un temor fundado, puesto que estamos en presencia de delincuencia organizada, formada principalmente por funcionarios públicos”, reza dicho fallo.

Tales testimonios incriminatorios fueron acogidos por el Juzgado como “anticipo de prueba” ante la posibilidad de que no se presenten al juicio contra los 13 policías y el particular “por algún obstáculo difícil de superar”.