La Sala II justificó el despido de un funcionario de una institución pública por consumir licor durante el tiempo laboral al determinar que la situación conllevó al abandono de trabajo y causó una afectación grave a su imagen y a la de la entidad.
El hecho ocurrido en setiembre de 2005, cuando el empleado ingresó a un establecimiento.
Al salir, le pidió a un compañero que manejara. El carro institucional fue colisionado.
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