Nacionales
Domingo 8 de enero de 2012, Costa Rica

Cosas de la vida

Carmen: buen nombre para maestra

Ana Coralia Fernández Arias, periodista

ana.fernandez@aldia.co.cr

Es triste que la muerte le de a uno temas para escribir, pero es maravilloso que la vida le ruede la vuelta y ponga en el camino a seres extraordinarios.

Carmen Naranjo no tuvo hijos, nos tuvo a nosotros.

Mi generación creció amparada a sus sueños de un país más culto y más justo para las mujeres, para los hombres, para todos.

Un sueño que de algún modo se cumplió en un grupo de ticos que amamos y defendemos las letras y las buenas ideas por encima de todo.

No solo escribió. Enseñó a otros a hacerlo.

No solo soñó, enseñó a muchos a soñar con ella.

No solo creció y se perdió de vista. Retornó al terruño para contar que el mundo era grande, pero nunca ajeno.

El privilegio de haberla conocido, no es un monopolio, porque Carmen fue de todos, pero sobre todo de ella.

Libre y sabedora de su inteligencia, le tocó vivir un tiempo nada sencillo para salirse del molde, pero ella,- rebelde con causa-, abrió sendero y se quedó a la vera para darnos confianza.

La conocí cuando ella era ministra de Cultura y yo llevaba uniforme del cole. Después la vida nos juntó y nos desjuntó, pero ella siempre maestra, estuvo allí con su verbo directo, luminoso y oportuno sobre los errores con justicia y sobre los aciertos con euforia.

Se nos fue la maestra inspiradora, inspirada y valiente.

¿Habrán terminado con ella sus ansias de vernos crecidos y animados?

No. Para eso nos dejó despiertos y atentos con mil palabras en presente activo por encender páginas y vuelos infinitos, a tiempo.