La iniciativa del gobierno local de San José de retomar los “Domingos familiares sin humo”, es, sin duda alguna, una gran oportunidad para las familias, los adultos mayores, los jóvenes, los niños, de disfrutar al aire libre de uno los segmentos de la ciudad más hermosos e históricos.
El Paseo Colón, una vía legendaria por donde han desfilado los personajes y los eventos más importantes de los últimos doscientos años, recibe en estos próximos fines de semana a los habitantes de la capital y de otros puntos, para que sin temor de un atropello, la molestia del ‘smog’ y el ruido que provocan los motores, puedan divertirse en actividades deportivas y culturales de las que San José está sedienta.
El verano, que en estas latitudes es un buen cómplice para esta clase de eventos, hará lo suyo y regalará noches igualmente espléndidas para que en lo que se ha denominado “Deporte urbano de media noche”, los más jóvenes se den cita, además, en 11 distritos del cantón central a partir del viernes 27 de enero en el barrio Quince de setiembre en Hatillo.
Allí los artistas invitados son los que se han forjado producto de la “fiebre” y la destreza: patinetas, mejengas, baloncesto y grafiteo entre otros quehaceres de la juventud, tantas veces etiquetada como problemática y rebelde.
Esta vez tendrán tarima, escenario, canchas, muro y espacio para ser visibles con sus mejores habilidades.
Así, durante nueve fines de semana, hasta terminar el 18 de marzo, la comunidad josefina rebalsada de estrés, temor y de agitaciones cotidianas, tendrá una gran vitrina para compartir, conocer, explorar o simplemente observar las voces urbanas por medio de sus mismos habitantes.
En tiempos donde se vive entre rejas y con candado, donde nos miramos, vecinos y conocidos, con desconfianza, estos nueve domingos familiares y sin humo, son mucho más que un espacio para hacer deporte o disfrutar del sol.
También constituyen una opción para que nos reconozcamos como ciudadanos y valoremos lo positivo de nuestra ciudad. Solo hay que descubrirlo.
El Paseo Colón será pues, un corredor lleno de gente que de nuevo verá a sus niños y a sus jóvenes corretear como en décadas de antaño, rescatando así valores de convivencia fundamentales en cualquier época, pero sobre todo en esta, donde el núcleo familiar se ha visto tan vulnerable y desgastado, y el grupo de menos años luce muchas veces triste.
A disfrutar entonces de la fiesta que ofrece el calendario, adonde no hay requisito alguno para asistir, ni suficientes pretextos para perdérselo.
En medio de conciertos, Dj’s, patines, bicicletas, balones y sonrisas, a adueñarse del verano de aquí hasta marzo con nuestros seres más cercanos.
Será una oportunidad, como pocas, de construir relaciones humanas de las de verdad, no de las virtuales. De las de conversar y cerrar los ojos de la risa y bostezar y cansarse de la caminada.
Nos quejamos todo el tiempo de falta de tiempo, de lugares y de eventos a los que es difícil acceder por muchas razones.
Pues San José nos espera con sus calles abiertas para la gente, cerradas para los vehículos, para que la gran familia sin humo y con ganas, enriquezca y adorne su vía más importante, con el clarín de sus voces, de su arte y de su alegría, sin miedo y sin arrebatos.