En la esquina noroeste del estadio Municipal de Pérez Zeledón, William Campos es testigo de lo que significa la visita de las barras.
“Desde que se bajan del bus lo primero que hacen es ver a quien asaltan y donde se meten a robar, he visto muchachos con litros de licor, pidiendo en la calle e intimidando a la gente.
Viene mucha chusma, la gente le tiene miedo (…) he visto borrachos y drogados, hasta fuman marihuana, desde que llegan se nota que vienen en otro planeta, se abrazan o se golpean entre ellos. Cuando juega Saprissa o la Liga el ambiente es tenso, no es lo mismo cuando visitan otros equipos, hay que estar alerta siempre”, apuntó.
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