Empieza julio, el sétimo mes del año y el que contempla el inicio del campeonato nacional. Sí, atrás quedará la Euro y se vendrá el conteo final para el primer puntapié del torneo Invierno.
El próximo miércoles 25 rodará de nuevo el balón en las canchas nacionales, pero, mientras llega el día, la gran interrogante es qué pasará en estas semanas venideras.
El tan embarrialado fútbol nacional no anticipa momentos de paz.
La semana que recién termina vivió situaciones convulsas en la mesa dirigencial, particularmente en el seno de la Unafut.
Por un lado, hubo dirigentes que le abrían la puerta a un treceavo equipo como si no faltaran problemas. Un misterioso equipo llamado Guanacaste F.C. del que sólo se sabe el nombre pide permiso para entrar al ruedo.
Por otro lado, la eterna lucha del técnico y presidente Juan Luis Hernández y su ya descendido Orión F.C. empeñado en no doblar la rodilla nunca.
Mientras, la bola cayó del lado de la Fedefútbol que sigue sin pronunciarse como si el tema no fuera con esa organización.
Los dirigentes pactaron un calendario para 12 clubes sólo con el anuncio de los clásicos como si los demás equipos fueran “mantequilla”.
Después, subió al tablado la Caja Costarricense de Seguro Social con el anuncio de los millonarios números en rojo que adeudan los equipos y todos levantaron la mano en señal de “yo no fui”
Y para cerrar, el enigma de dos empresarios que querían primero comprar Belén y luego, colocar a Argenis Fernández y Alonso Solís en el Puntarenas Fútbol Club. Dos fichajes que nacieron muertos.
¿Y ahora que vendrá?
En los próximos días la Unafut tendrá cabeza, al menos, eso prometen los presidentes cuando elijan al nuevo Comité Director.
Todo sin que se haya resuelto el dilema de la salida del órgano anterior liderado por Jorge Ortega y compañía. Si por la víspera se saca el día, la eterna novela del Herediano seguirá vigente con Mario Sotela de actor principal.
Bendito fútbol nacional, cargado de polémicas, decisiones “calenturientas” y situaciones tan curiosas como risibles.
A estas alturas del año, lo único de lo que debería hablarse es de las pretemporadas y de cómo afinan sus maquinarias los equipos para entrar con todo a la disputa del título. Y que las broncas en los despachos no sean el pan nuestro de cada día.
Sin embargo, pasa todo lo contrario, los hombres de pantalón largo asumen el protagonismo absoluto en detrimento de quienes son los verdaderos dueños del balón, los que corren, sudan y entrenan con él día tras día.
En tanto, compran poco a poco los números para una rifa poco halagadora, que la FIFA llegue, meta mano y sacuda de golpe los maltratados cimientos que sostienen el fútbol tico.
¿Se vienen semanas turbulentas?.
Muy probable que sí y lo más preocupante de es que puede pasar de todo, sin que ellos excluya los famosos domingos 7 tan habituales en el balompié criollo.
El Invierno no sólo garantiza lluvias y campos sintéticos anegados o canchas naturales cargadas de barro sino momentos de apremio y preocupación. En tanto, la afición espera paciente que el torneo vuelva sea como sea.