Cada vez que siente unas “moneditas” en sus manos se ilumina su rostro, mismo que refleja el cansancio de vivir 95 años.
Miguel Hernández, vecino de barrio Los Ángeles, convirtió la avenida central en su lugar de trabajo para obtener un ingreso con el cual comprar su “comidita” y pagar para que le laven y aplanchen la ropa que conserva.
Él usa su mejor vestimenta para lucir ante los demás. Gracias a la ayuda que le brindan algunos puede darles algo de dinero a Hilda y a su esposo, personas que él asegura, le ayudan y tratan bien.
“Yo vengo a pedir porque quiero y, a esta edad, no me van a dar trabajo en ningún lado”, agregó.
Así como él, diez adultos mayores, indigentes o que piden ayuda en las calles, han recibido la atención del Consejo Nacional de la Persona Adulta Mayor (Conapam) en lo que va de este año.
Según la institución, San José es la zona donde se reciben más denuncias de adultos mayores en las calles pidiendo dinero.
Alexandra Villalobos, jefa de Trabajo Social de Conapam, comentó que muchos de los adultos que están en esa situación, lo hacen por iniciativa propia.
“Una trabajadora social va y conversa con ellos para conocer su situación. Se les ofrece la posibilidad de llevarlos a un hogar de ancianos, pero muchos deciden vivir en las mismas condiciones”, explicó Villalobos.
José Ángel Vargas, de 75 años, tiene su “puesto” de trabajo a un costado de la Catedral Metropolitana. Desde las 9 a.m. con megáfono en mano y en su silla de ruedas pide a los transeúntes una “ayudita” para sobrevivir.
“A mí nadie me obliga. Mi esposa me dice que me quede en la casa, pero nunca me ha gustado estar de atenido”, dijo Vargas.
Vargas perdió sus piernas a causa de la diabetes, por lo que intenta defenderse con sus manos de los que tratan de robarle los ¢2 mil o ¢3 mil que gana por día.
Carlos Luis Alpízar, quien laboró como geriatra del hospital Blanco Cervantes, explicó que muchos de los adultos mayores piden no por necesidad, sino como un estilo de vida.
Alpízar recordó que en ocasiones atendían a ancianos a quienes tiempo después volvían a ver pidiendo ayuda. “ Una de las personas me dijo que él disfrutaba dormir entre cartones en una acera”, manifestó el experto.
Asilos: principal solución
Ciento nueve organizaciones; entre hogares de ancianos, centros diurnos y albergues, están distribuidos en las siete provincias y buscan garantizar al adulto mayor una vejez con calidad de vida, según la Ley Integral para la Persona Adulta Mayor.
Las entidades reciben recursos económicos por parte de Conapam, la Junta de Protección Social (JPS) y el Instituto Mixto de Ayuda Social (IMAS).
Rosa Arroyo, administradora de de la Asociación Vicentina de Escazú, dijo que actualmente tiene tres adultos mayores referidos por parte de Conapam.
“La mayoría que viene no quiere estar aquí, lo ven como una cárcel. Vienen en muy malas condiciones”, aseveró Arroyo.
Carmen Guillén, administradora del Hogar San Francisco de Asís en Moravia, explicó que ellos reciben a adultos mayores que sufren de enfermedades terminales y en estado de abandono.
La cifra de los quienes piden en la calle puede ser mayor, pero no todos los casos se denuncian.
Jeannette Martínez, jefa de Trabajo Social, Hospital Dr. Raúl Blanco Cervantes: “es parte de su estilo de vida”
- ¿Cuál es el perfil de una adulto mayor que pide ayuda en las calles?
Vemos a ese adulto mayor que no tiene un lugar fijo para vivir o que vive en condiciones de pobreza y que no cuenta con el cuido por parte de la red familiar. Generalmente, están asociados a una vida de farmacodependencia o a una historia de vida en la calle.
- ¿Cuántos casos atienden en el hospital cada mes?
Uno o dos casos mensuales.
- ¿En qué condición llegan estas personas al hospital?
Son las adultas mayores las que generalmente se descompensan por sus problemas de salud.
- ¿Qué procedimiento o trámite realizan ustedes tras la llegada del paciente?
Cuando nos llega el caso tenemos que hacer coordinación con los hogares para solicitarles el apoyo y reubicarlos en tanto ellos puedan y quieran.
- ¿A qué riesgos se exponen los adultos mayores cuando piden en las calles?
Están bajo el sol lo que les produce piel reseca, además reciben lluvias lo que podría ocasionarles una neumonía. Por supuesto, se exponen a riesgos de atropello y de maltrato verbal.
- ¿Por qué piden?
Es un mecanismo, en la mayoría de los casos, para generar recursos económicos en familias con múltiples necesidades, pero también se convierte en un estilo de vida de los adultos mayores.
- ¿Cuáles son los lugares que más frecuentan los adultos mayores para pedir dinero?
Parque Central, el Cementerio General, Plaza Víquez, el mercado de la Coca Cola y las rotondas.
- ¿El enviar a adultos mayores a las calles es maltrato? ¿Se pueden denunciar?
En algunas familias no podemos denunciar cuando el adulto mayor está orientado y no quiere ser testigo. Los jueces generalmente piden que si el adulto mayor está conciente, testifique.
Policías rescatan a adultos mayores de las calles
Más allá de atender incidentes en los que se necesita la intervención policial, la Fuerza Pública cuenta con planes operacionales para ayudar a adultos mayores que se encuentran en las calles pidiendo ayuda.
Juan José Andrade, director de la Fuerza Pública, explicó que los policías en muchas ocasiones recogen a personas de la tercera edad que presentan padecimientos físicos.
“Coordinamos con centros hospitalarios y lugares donde pueden atender a este tipo de personas. A algunos adultos mayores los llevamos a casas de beneficencia”, indicó Andrade.
El director agregó que los oficiales se han comprometido a atender a nivel nacional no solo a las personas de la tercera edad, también a quien requiera ayuda.
“Establecemos vínculos entre las organizaciones y las personas que necesitan ayuda. A las personas con problemas de alcoholismo las remitimos en múltiples ocasiones a Salvando el Alcohólico”, mencionó Andrade.
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