Deportes
Martes 17 de julio de 2012, Costa Rica
Pasión por el deporte

Opinión

¡Nuestros fantasmas!

JulioRodríguez

Periodista

El fútbol es simple, vital y bello. Algunos delincuentes, dentro y fuera de las canchas, intentan, sin embargo, mancharlo y degradarlo, precisamente porque, además de sus virtudes, es una máquina de hacer dinero. Y el dinero, como se sabe, sirve para lo bueno y para todo lo malo.

Ahora le toca, al parecer, el turno a Joseph Blatter, presidente de la FIFA.

El dinero abre todas las puertas y las del fútbol son estrechas, pero la llave de oro del dinero las abre.

Reinhard Rauball, jefe de la liga alemana de fútbol, ha pedido la renuncia de Blatter, presidente de FIFA, dadas las denuncias sobre sobornos, pues este dirigente suizo estaba al tanto de estos actos de corrupción. No se ha probado si sobornó o fue sobornado, pero sabía, estando en una posición eminente, y calló. Y callar es un pecado de omisión, tan grave como el de acción. La palabra es el arma de la libertad. Ocultarla es un acto de servidumbre y, en esta materia, de complicidad.

También nosotros debemos estar alertas no solo por la corrupción incrustada en el fútbol, sino porque ya hemos documentado casos en el país de alcance internacional.

Hemos pasado a las grandes ligas. He aquí la primera tarea de los actuales dirigentes: poner orden en lo administrativo, elevar la capacidad técnica del fútbol y, sobre todo, erradicar la corrupción y hasta su sombra.

¿Cuáles sombras? Todos las conocemos con nombres y apellidos. No caben aquí las omisiones, como las de Blatter. Se necesitan hombres y mujeres, como Reinhard Rauball, el alemán, para denunciar, actuar y limpiar el fútbol nacional. Es un derecho de los aficionados y un deber de los clubes. El juego limpio se da primeramente en la ética.