Detrás de los micrófonos de radio Columbia 98.7 FM no solo está la voz más reconocida del país, sino también un limonense que guarda muchas historias como papá, como relator y como él mismo dice, un chiquillo inmaduro que tuvo la fortuna y el placer de narrar el gol más hermoso del que haya sido testigo: Juan Cayasso en el verano italiano del 90.
El narrador Mario Mc Gregor hace una pausa en el camino y nos cuenta quién es la “Doble M” más allá de su inconfundible voz.
¿Cómo fue que entró en la narración?
Desde que tuve uso de razón me gustaba narrar partidos ficticios. Vivía en finca Paraíso en Sixaola y escuchaba los domingos jugar a Limón. Yo me río cuando dicen que soy morado o manudo, la gente se enoja y creen que voy con ellos. Al son que me tocan bailo y si es un golazo hay que cantarlo. Empecé en radio Casino en Limón, con Ruperto Bonilla.
¿Cómo fue su infancia?
Mi niñez fue bonita en Sixaola, en tiempos del cacao, vivíamos bien. A los 11 años cuando me mudé a Limón conocí a mi papá. En mi adolescencia sí sufrí mucho, costó acomodarme, uno venía del monte y pasar a una ciudad no fue fácil. Intenté jugar fútbol como centro delantero, pero la verdad es que no era bueno.
¿Su talento escondido?
Soy muy buen cocinero. Mis hermanas me enseñaron a hacer el arroz, decían que mi mano hinchaba el arroz cuando lo lavaba, me sentía el mejor del mundo (risas). No es por rajar pero sí me la juego. Cuando hay viajes largos a mundiales me toca cocinar. Hago casados, “gordon blue”, pollo relleno y todo lo caribeño.
¿Es cierto que le tiene pavor a subir a los aviones?
Sí, es uno de mis grandes miedos. Desde hace 10 años para acá me entró la fobia. Cuando nació mi último hijo pensaba mientras volaba en que tengo una familia, algunos dependen de mí. Uno piensa cosas feas, me estreso y me pongo triste. Vuelo porque tengo que hacerlo, pero cuando hay turbulencia no me agrada.
¿A qué más le teme?
A manejar. Siempre viajo en taxi, no le tengo miedo a la muerte. Tal vez temo el perder la voz y no poder narrar, pues eso es lo que sé hacer.
¿Ha contado cuántos países ha recorrido?
¡Uf! Conozco cuatro continentes, me falta ir a Australia en Oceanía. Pero todo eso gracias al fútbol.
¿Cuál país lo impresionó más por su belleza?
El país que más me impactó fue Gales, su ciudad Cardiff, lo pulcro, lo aseado, la infraestructura. El inglés británico me recordó la forma de hablar de mi abuela.
¿Y el que más lo marcó por su dura realidad social?
Hay un lugar que no es Haití, pero está cerca, que me sacaron las lágrimas de la necesidad que percibí. Por respeto no diré cuál país es, en los viajes por lo general solo salgo del estadio al hotel, pero en este lugar pasé una semana y caminé. Me dio mucha tristeza.
¿Cuál país le encantaría conocer?
Desde carajillo siempre he querido ir de vacaciones a Luxemburgo. Estuve muy cerca para el mundial de Alemania, que para mí fue el peor de todos los mundiales, no por Costa Rica ni la empresa con la que iba, sino por la persona que dirigía, la pasamos muy mal (en aquella “Villa tica”).
¿Cómo es como papá?
Me considero un papá responsable, no soy muy cariñoso lo confieso, es mi naturaleza. Amo a mis hijos, soy muy alcahueta. Mi problema es que tengo siete hijos con tres diferentes mujeres. Los dos menores de 9 y 13 años viven conmigo, tres hijos varones del matrimonio viven cerca y dos hijas mayores que viven en Tibás, soy abuelo también.
¿Los logra ver a todos?
Cuesta un poco, pero el día más feliz son los 25 de diciembre donde nos reunimos todos, hijos y nietos y hacemos un fiestón en mi casa. Ese es el día más feliz de mi vida.
¿Si no fuera narrador qué estaría haciendo actualmente?
Sería un agregado cultural o un diplomático, estudié Relaciones Internacionales en el Colegio Académico de la UACA. Me visualizaba cónsul o embajador.
¿Alguna vez ha estado cerca de la muerte?
Sí, sufrí dos infartos, el del 99 fue casi fulminante. Todos los días cuando rezo a Dios le pido por los doctores y enfermeras del hospital Calderón Guardia. La gente critica la Caja (de Seguro Social), pero a mí me salvaron la vida.
¿Cómo se cuida?
Me cuido con las comidas, no puedo estar en sitios donde fuman, tampoco debo tomar mucho. En noviembre pasado Dios me jaló el aire con lo de mi pareja, fui a terapia psicológica y dejé la “tomatinga”. Hoy le agradezco a Dios.
¿Cuál es el gol que más disfrutó cantar a lo largo de su carrera?
El de Juan Cayasso en Italia 90 por lo que significó. Lo describí con 27 años, era inmaduro en esto, pero lo hice bien.
Una marca
Mario Gilberto Mc Gregor, de 55 años, confesó que el jugador con el que entabló una gran amistad es el retirado Enrique Díaz.
Activo en el arte de la narración desde 1979, acumula 13 años impregnando su estilo.
Presente en mundiales de Italia 90, Estados Unidos 94, Francia 98, Corea-Japón 2002, Alemania 2006 y Sudáfrica 2010. Ya está en Guyana para relatar el juego de la “Sele” este martes por Columbia.
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