Domingo 6 de mayo de 2012, Costa Rica

Bob Dylan demostró en Costa Rica que es una leyenda viviente de la música

Un monstruo en el Palacio

Allan Andino

aandino@aldia.co.cr

Anoche el Palacio de los Deportes, en Heredia, entró en la historia. La leyenda americana Bob Dylan sencillamente se robó el “show” y marcó su primer concierto en Centroamérica.

Ayer fui uno de los varios presentes nacidos en los 80’s que quisieron averiguar quién era el artista más influyente del siglo XX.

Más temprano de lo pactado, a las 7:54 p.m. (su salida estaba prevista para las 8 p.m.) la silueta detrás de un telón blanco apareció y el nacido en Duluth, Minnesota, colapsó en aplausos el recinto con su llegada.

Vestido totalmente de negro y con un sombrero blanco, que ya es parte de su “look”, dio inicio el esperado espectáculo.

“Leopard skin pill box hat” fue el primer éxito lanzado y del piano pasó a la guitarra.

Un público en su mayoría adulto (de entre los 60 ‘s y 70’s) donde caló más la música de Dylan se mecía al ritmo de su rock y folk.

Interesante fue ver las varias generaciones en las gradas y asientos en VIP que acataron al llamado de ver al ícono por cultura general.

“Tangled up in blue” del disco “Blood on the tracks” de 1975, calentó más el ambiente y llegó el tan esperado momento es escucharlo tocar la armónica.

Cuando hizo el solo aquello fue como trasladarse a las películas del viejo oeste, endulzó los oídos como si fuera un tejano.

En mi vida había escuchado tocar una armónica a esos niveles, eso valió el boleto y la mojada al público que lo esperó desde temprano en las afueras del recinto.

Tim Callaghan, oriundo de Nueva York y con 11 años de vivir en el país, fue uno de los muchos norteamericanos que no desaprovechó la oportunidad de ver al ídolo. Aseguró que ésta fue la primera vez que asistió a uno de sus conciertos.

“Sus canciones tienen mensajes importantes. Mi favorita es “Knockin’On Heaven’s Door” y viene con mi esposa”.

Así como él, otros procedente de Oregon, California y Arizona se deleitaron con el “show”.

“Highway 61” del disco del mismo nombre publicado en 1965, puso a brincar a la concurrida audiencia que estuvo a pocos asientos de llenar por completo el recinto herediano.

El artista acompañado de una banda de cinco músicos tuvo muy poca comunicación con la gente, por no decir nula, pues no le habló a su público, quienes no pararon de ovacionarlo al final de cada interpretación.

“Blowing in the wind”, “Like a Rolling Stone” y “Love sick” fueron éxitos que la gente esperó y no podían faltar en el amplio repertorio que ofreció anoche.

Próximo a cumplir 71 años el 24 de mayo, la leyenda viva no utilizó consolas digitales solo análogas, demostrando así que no había “paquete”. Ese monstruo de la vieja escuela demostró que hace música hasta con el barro. No necesita tecnología.

Detalles

Dylan no permitió que le hicieran fotografías de cerca.

Hubo fallas de sonido que luego se corrigieron.

Entre las caras conocidas, Jaime Gamboa y Manuel Monestel.

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