Domingo 6 de mayo de 2012, Costa Rica

Guapos pero enfermos mentales

Muñecos asesinos

Patricia Recio

arecio@aldia.co.cr

Eran la pareja perfecta, los típicos reyes de los bailes de graduación que vemos en las películas “gringas”.

Sin embargo, Karla Homolka y Paul Bernardo conocidos por sus amistades como “Barbie y Ken”, se convirtieron en los “Barbie y Ken” pero de los asesinos en serie, tras cometer cerca de 43 ataques sexuales y 12 crímenes, según citó el sitio asesinosenserie.com.

Además de caracterizarse por matar salvajemente a sus víctimas las filmaban en video.

Todo empezó en 1987 cuando el joven oriundo de Ontario Canadá conoció a una canadiense de padre checoslovaco, llamada Karla Homolka y de 17 años.

En diciembre de 1989, Paul le propuso matrimonio a Karla y se casaron en 1991 en una ceremonia digna de cuento de hadas.

Sin embargo, la pareja que parecía perfecta guardaba secretos que salieron a la luz cuando un día Paul y su mujer Karla, se pelearon llegando a la violencia física, y Karla, consciente de las terribles cosas que podía hacer su guapo marido, llamó a la policía y contó todos los detalles de sus terribles andanzas.

Karla explicó que su marido era el buscado violador de Scarborough, y que junto a él, tenían una larga trayectoria de violaciones y asesinatos, muchos de ellos grabados en video.

De hecho la policía encontró varios videos y grabaciones de audio donde las víctimas eran violadas y torturadas de manera salvaje antes de ser asesinadas.

Entre las víctimas de la pareja estaba la propia hermana de Karla, Tammy, una chica con la que Paul estaba obsesionado por ser virgen, según el sitio tejiendoelmundo.com la misma Karla le quiso “regalar” a su marido la virginidad de su hermana que ella no le pudo dar.

Karla drogó a su hermana con un somnífero que robó del centro veterinario donde trabajaba y mientras los padres de ella dormían en el piso de arriba, Paul y Karla grababan la violación salvaje de Tammy.

Otra de sus víctimas fue Leslie Mahaffi de 14 años. Durante 24 horas, la pareja de asesinos sometió a Leslie a toda clase de actos sexuales para acabar matándola frente a la cámara. Luego descuartizaron el cuerpo y lo metieron en bloques de cemento que arrojaron a un lago.

Cuando fueron detenidos, el equipo de investigación no podía creer la brutalidad del contenido de las cintas de video y estas fueron destruidas gracias a la presión de los familiares de las víctimas, junto con las cuerdas que usaban para atar a las mujeres y la sierra que usaban.

En el juicio se condenó a Paul Bernardo a cadena perpetua y a Karla Homolka a 12 años de prisión, una gran reducción de condena por cooperar en la acusación contra su marido a pesar de que en las cintas se veía como disfrutaba los hechos. Actualmente ella está en libertad.