Pérdidas entre 50 y 70 por ciento en las ventas parece ser la realidad de las sodas escolares del país después de la implementación del decreto de soda escolar, impulsado por el Ministerio de Educación Pública (MEP).
Este plan empezó a regir en enero del presente año y llegó a limitar el expendio de alimentos altos en grasas, azúcares y calorías dentro de centros educativos.
Desde la presentación del proyecto, cientos de propietarios de sodas escolares mostraron su disgusto ante estas medidas, ya que consideraron que afectaría de manera notoria sus ingresos.
Mario Montero, vicepresidente de la Cámara Costarricense de la Industria Alimentaria (Cacia), comentó que diversos sectores se han visto afectados económicamente, aunque no tienen datos específicos sobre esta situación.
“ Las empresas nos han dicho que hay perdidas económicas cuantiosas. Las más afectadas han sido las Pymes (pequeñas y medianas empresas) regionales, ya que las sodas escolares eran su nicho”, explicó Montero.
Mencionó que más allá del aspecto económico, “el daño lamentable e irreparable fue que el Estado les dijo a los consumidores que somos los culpables de un problema de salud nacional”.
Comida “chatarra” en las aulas
Vendedores ambulantes en los portones o la merienda –un refresco gaseoso con frituras, enviados desde casa – son algunos de los factores que generan indignación en los administradores de sodas.
Gustavo Rojas, administrador de la soda en la escuela Pilar Jiménez, en Guadalupe, dijo que los niños traen los alimentos desde su casa y que a ellos les ha costado mucho encontrar productos para sustituir los que antes vendían.
“Se traen las gaseosas y las papas. Calculé que he perdido 70 por ciento de las ganancias económicas”, destacó Rojas.
Por su parte Erick Torres, vendedor en el Colegio México, en Barrio Aranjuez, resaltó que como no pueden vender productos sumergidos en aceites dejaron de utilizar dos freidoras compradas hace menos de un año.
Torres agregó que en promedio 70 por ciento de los estudiantes traen comida de sus casas en lugar de comprar.