Las mujeres dedican 37 horas a la semana a trabajos domésticos, sin recibir paga alguna, mientras que los hombres invierten 15; o sea, menos de la mitad.
Esas labores incluyen cocinar, limpiar la casa y cuidar los hijos.
Los hombres solo las ‘superan’ en horas cuando se trata de actividades como construcción y reparaciones de la casa o vehículo.
Pero ellas también destinan más horas semanales al trabajo remunerado. Mientras que los hombres trabajan 20 horas semanales, las mujeres laboran 35.
Los datos saltaron de una encuesta que realizó, en marzo y abril del 2011, la Comisión Técnica Interinstitucional de Contablilización del Trabajo Femenino, a 6.316 personas mayores de 12 años que residieran en la GAM.