La diseñadora francesa Gabrielle “Coco” Chanel decía que la moda pasa de moda, pero el estilo jamás.
El polémico modo de comportarse del entrenador del Real Madrid, José Mourinho, me recordó esa frase. El portugués es un magnífico estratega, un exitoso general de tacos y tobilleras, un gran investigador del juego, pero le falta “ese no sé qué” de los caballeros.
Luego de su victoria en la Copa del Rey se dedicó a picar a Guardiola, otro gran manejador, quien se tomó en serio y en guasa las frases del luso acerca de la clase de entrenadores que hay.
Mourinho es demasiado enamorado de sí mismo… y si bien es extraordinariamente bueno en su labor, multiplica por un billón sus dotes.
El portugués es el ejemplo de la mercadotecnia del fútbol de hoy… mucho manejo mediático, declaraciones bomba, poses y desplantes de artista caprichoso. Así se juega ahora, con mucha moda en los cabellos, los tatuajes y los tacos… estrellas en un firmamento mundial.
Habrá que oír que dice Mourinho tras la victoria del Barça este miércoles en el Santiago Bernabéu y si sigue con sus bravuconadas.
Me agrada más el señorío de Guardiola; la mesura y humildad que imprime a sus declaraciones y actuaciones. Es menos higadoso, aunque igualmente mediático. Sus expresiones en las entrevistas y conferencias de prensa dejan enseñanza, reflexión y análisis.
La maratónica de encuentros entre dos de los mejores equipos del planeta también revela que son muchos millones en la danza.
Es bueno aderezarla con frases punzantes que pongan en caliente a las dos aficiones que, por supuesto, se ubican mucho más allá de las fronteras españolas. Tendremos mucho que escuchar.