Periodista
Querido Niño Dios:
Como ya pasó el Día de la Madre, viene el 9 de setiembre y pronto sonarán las campanas de Nochebuena, yo quiero adelantarme y pedirte unas cosillas aprovechando la pausa entre una fecha y otra porque después estás muy ocupado y la cosa urge:
Del técnico: porfis, iluminá a los que deciden para que, primero, ¡decidan! y segundo, elijan bien, primero al presidente de la Fedefútbol y segundo, a quien recoja el guante que dejó al garete La Volpe.
Del técnico que elijan: que no se amedrente por las credenciales de don Ricardo, porque si alguien como él, con fama y respaldo tiró la toalla, que no se vaya a pensar que el milagro de ir a Brasil es un imposible. Con las sobras que dejan algunos, muchos pueden comer y hasta tomar café.
De la “Sele”: no sé, tal vez si se pudiera, que se arme una selección que esté más a mano para que ‘la técnica del técnico’ de turno no se trunque o compita con la de los rusos, los holandeses, y otros equipos lejanos. Así, a lo mejor, esas estrellas (candil de la calle) que brillan tanto en el exterior, puedan traer un poco de sus destellos a la casa que los vio nacer y que a gritos pide que jueguen en equipo y bien, pues tener pasaporte no garantiza goles a nuestro favor.
De los federativos: que ojalá no pierdan de vista que el deporte que administran tiene un impacto contundente en el ánimo de la afición y de los familiares de la afición. En los hinchas, porque se alegran o se deprimen según los resultados del juego y en los familiares, especialmente las esposas, de eso depende una agresión más o una menos según indican las estadísticas de violencia intrafamiliar después de las mejengas.
De la afición: que ganas y sueños dependan de nosotros y no de quien nos meta el gol.
