A sus 37 años, Alejandro Jiménez González aprendió a llevar una vida entre máscaras.
Años atrás, cuando se ganaba la vida con la venta de verduras y frutas, sus vecinos le endilgaron el mote de “Picarita”.
En los últimos tres años, cuando amasó una inusual fortuna, los lugareños comenzaron a verlo como “Alejandro, el millonario”.
En Nicaragua tenía otra identidad. En ese país era Fernando Treminio, empresario “nicaragüense” cédula 003-220669-000R2.
Guatemala lo conoció de otra manera. Las autoridades locales lo señalaron como Alejandro, alias “Palidejo”, el supuesto autor intelectual del atentado en el que perdió la vida el trovador argentino Facundo Cabral.
El artista murió el 9 de julio durante un ataque a balazos en Ciudad de Guatemala. El blanco era el empresario nicaragüense Henry Fariñas.
A Jiménez, el OIJ le allanó su mansión de Alajuela el 9 de agosto pasado, pero él no estaba en ese lugar. Aquí lo vinculan –junto a su esposa y sus padres– con legitimación de capitales.
De verdulero a magnate
Años atrás, Jiménez comerciaba verduras y llevaba una vida sencilla en Alajuela, aunque no exenta de problemas legales.
El Fiscal Subrogante Guillermo Hernández confirmó que, entre 2002 y 2009, Jiménez fue presentado en cuatro ocasiones ante el Ministerio Público por fraudes con tarjetas de crédito. Las causas nunca llegaron a juicio.
El crecimiento económico de González se disparó en 2009. Pasó de vivir en una humilde vivienda a una mansión de ¢1.000 millones y no tuvo necesidad de pedir un crédito, confirmó el fiscal Hernández. (Vea nota aparte).
En 2010, mientras la Policía investigaba un caso de narcotráfico, el nombre de Jiménez apareció en unas intervenciones telefónicas. Sin embargo, fue hasta finales de ese año que la Fiscalía le abrió una pesquisa por legitimación de capitales.
Según Hernández, la fuente de la grandiosa fortuna provendría de organizaciones narco.
Dinero no tocó el banco
“Estaban (los familiares) en fase de lavado”, reconoció el director de OIJ, Jorge Rojas.
Según el Ministerio Público, Jiménez (bajo la falsa identidad de Treminio) viajaba a Nicaragua para traer dinero.
Parte se invertía aquí en carros de lujo y propiedades; el resto lo llevaba por tierra a Panamá.
En Costa Rica, “Palidejo” invirtió en una venta repuestos, en La Uruca. También adquirió el derecho de llave de un bar en Heredia, que era de un mundialista.
La fortuna nunca pasó por bancos. En los últimos años solo existe huella del modesto salario que recibía su padre.
La Fortuna asume con calma el ‘apagón’ del Arenal
Un muerto y 4 heridos por venganza
Muere niña de 5 años en medio de tiroteo
Policía mata a pareja y se suicida
Multas con cámaras en setiembre
Sala IV obliga a construir puente sobre río La Pita