San Carlos.- “En mi país (Italia) también tenemos volcanes activos como el Arenal, pero yo vengo a La Fortuna porque me permite ver lo que no hay en mi patria, como animales, plantas y mucha belleza escénica”.
Esta es la razón que movió a Mauricio Butti a invertir en un viaje a Costa Rica. El italiano recién llegó a La Fortuna para vivir esas sensaciones de las que le hablaron compatriotas suyos que regresaron a Turín, muy impresionados por lo que vivieron en este circuito turístico.
Tres horas antes del casual encuentro con Butti, Manuel Hidalgo, propietario del Ecoglide Arenal Park, dijo que el actual periodo de reposo del Arenal —que inició en octubre del año pasado— servirá para hacer más énfasis en el turismo de aventura.
“La Fortuna es mucho más que el volcán Arenal. La Fortuna y la zona norte de Alajuela son abundantes en atractivos. Tienen mucho que ofrecer al visitante”, sostiene Hidalgo.
La belleza escénica del coloso ha generado la proliferación de hoteles que ofrecen actividades turísticas, piscinas de aguas termales y vistas al cono del cráter.
El turismo constituye la principal fuente de subsistencia en la zona. De los 24 mil habitantes de La Fortuna, 17 mil dependen directa o indirectamente de esta actividad.
Datos proporcionados por la Red Sismológica Nacional indican que el Arenal está entre los 100 volcanes más conocidos a nivel mundial por su peligrosidad y sus frecuentes erupciones.
Para el propietario del hotel de cinco estrellas Arenal Kioro, Ricardo Araya, es innegable que la explosión turística que La Fortuna experimenta desde 1990 se debe a la fama que el Arenal ganó en el mundo.
“El volcán estará con nosotros por siempre, nadie se lo puede llevar. Siempre será un motivo para visitar Costa Rica y particularmente La Fortuna”, manifestó.
Reinventar los atractivos
Miguel Zamora, dueño del hotel Cerro Chato Lodge, coincide con las apreciaciones de Hidalgo y Araya.
Él descarta que a futuro se dé una reducción de la llegada de turistas y por ende, una crisis económica para los lugareños.
“Lo que tenemos que hacer es explotar con fuerza el turismo de aventura. Tenemos que hacer un intenso trabajo de mercadeo de las fortalezas de la zona”, dijo.
Este empresario recordó que luego de la trágica explosión de 1968, el coloso estuvo inactivo durante un largo periodo y fue en ese momento cuando La Fortuna emprendió su desarrollo turístico.
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