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Tibás. - Faltaban siete minutos para el final, pequeña pero bulliciosa, la Ultra Morada gritó como señal de auxilio: “Que se paren los morados”; una petición urgente porque Saprissa se encaminaba a otro empate que desquiciaba a los presentes....
Orión se frotaba las manos con un empate dorado, hasta que apareció el juvenil Yelstin Tejeda, el volante lanzó un centro, Douglas Sequeira saltó y desvió de testa, la pelota como enjabonada se escabulló entre los guantes de Carlos Díaz, quien durante el juego le puso el pecho a las balas.
La pelota tocó la red, la Cueva se estremeció y el equipo morado se desahogó, el rival clavó la rodilla sobre el pasto sintético.
Una sola anotación valió para que la “S” ganara por primera vez en el torneo, pasaron seis fechas para que el saprissismo sonriera de nuevo.
Más incómodo imposible
Ayer, Saprissa sudó frio porque aparte de no ser efectivo en la red se encontró con un oponente que hizo un partido digno, limpio y ordenado, con un único lunar, la anotación en contra.
El equipo de Juan Luis Hernández le jugó sin titubeos al de Guima, cuyos hombres pecaron de ineficientes en la red al malograr valiosas ocasiones.
Josué Martinez se peleó con el marcó, Heiner Mora eficiente al subir, no así al apuntar al blanco, Centeno a cuenta gotas, todo lo contrario a Tejeda, un tractor que comió terreno y se abre campo en la formación titular.
El “Monstruo” salió de la Cueva, abandonó el sótano, respira profundo... al menos ya ganó.
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