Esta señora tiene 101 años y sonríe con esa jovialidad que tienen las personas que han recorrido un largo camino felices, sembrando solo cosas buenas.
Doña Julia Pacheco de Morera, vecina de Alajuela, recuerda que nunca tuvo juguetes caros, pero cada Navidad vivió momentos maravillosos.
“Jugábamos con los ayotes y les pintábamos la carita con pedacitos de carbón. Después, los envolvíamos en una cobija y eran nuestras muñecas”, afirma.
Ella sonríe mientras hilvana recuerdos que afloran de pronto y de nuevo se iluminan sus ojos.
“Recuerdo también las muñecas de trapo y los sombreros que nosotras hacíamos con papel. Las Navidades eran lindas”, afirma.
Doña Julia añora esos tiempos y según dice, los “hombrecitos” jugaban con caballos de palo, canicas y papalotes multicolores.