Noticias del día
Domingo 3 de julio de 2011, San José, Costa Rica

De hoy

El Evangelio

Álvaro Sáenz Zúñiga, Presbítero

asaenz@liturgo.org

Propongo tres ideas: “Dios se revela a los humildes”; “solo llegamos a Dios por su mediador”; “el mediador es el Hijo de Dios”. Esto viene de solo seis versículos de Mateo, maravillosa sencillez de Dios, sin aspavientos, barrullos ni exageraciones, lleno de profundidad.

“Dios solo se revela a los humildes”. Dios no es “comprobable” por la ciencia. Científicos, teóricos y “lumbreras” dudan de su existencia, igual que las celebridades que “controlan” el mundo con manipulaciones. Dios les es inaccesible. Y curiosamente Dios es fácil y diáfano para quienes no ponen peros, para quienes se vacían de toda rimbombancia y se abren a su misteriosa luz.

“Solo alcanzamos a Dios por su Hijo”. Esa verdad es complicada porque nos pide el requisito ineludible: Aceptar a Cristo. Pero esto no cabe en la cabeza de muchos que pretenden tener una relación muy “hermética” con la divinidad. Sus pretensiones extravagantes nada aportan a una verdadera relación con Dios.

Dios Padre simplificó la senda. Hizo a su Hijo asumir nuestra carne y, muerto por nuestros pecados y resucitado para nuestra justificación, lo constituyó Señor de cielos y tierra. Un creyente ve en la mediación de Cristo la única opción para entrar en eternidad. Porque solo el Hijo-Dios conoce al Padre-Dios, nos lo puede mostrar. Quien no acepta a Jesús, se extravía.

Sepamos disfrutar de este puente de oro que Dios nos ha dado. No es un ángel que podría no entendernos. Es el Hijo, nacido en nuestra carne, consuelo de la humanidad. Es la tercera propuesta.

Jesús hoy dice «Vengan a mí todos los que están afligidos y agobiados, y yo los aliviaré». Nos invita a cargar su yugo, a imitarlo a Él, paciente y humilde de corazón. Cristo nos alivia. Su carga no es molesta ni demandante, es suave y liviana, porque es el amor.

La dificultad es aceptar a Jesucristo, respuesta de Dios, camino para llegar al Padre y alivio nuestro.