Clamor de comunidad logra respuesta gubernamental

Mario Cordero y Mónica Gómez

mgomez@aldia.co.cr

Pérez Zeledón. - Seis años después de la ampliación de la “pista de la muerte” sin las correspondientes medidas de seguridad, que cobraron la vida de 141 personas, la comunidad logró la intervención remedial del Consejo Nacional de Vialidad (Conavi).

El tramo comprendido entre San Isidro de El General, Pérez Zeledón y río Convento presenta una condición “mala, muy deslizante y peligrosa”, detalla el informe de evaluación de la red nacional de mayo anterior, que analiza la resistencia al frenado de los vehículos.

Roy Barrantes, coordinador de la Unidad de Evaluación de la Red Vial Nacional de Lanamme, detalló que esos 33 kilómetros tienen un riesgo medio de accidentabilidad: mayor a 20 –número de accidentes por cada millón de vehículos/kilómetro, en función del coeficiente de fricción – parámetro adoptado de Gran Bretaña.

Las mismas condiciones se aplican a los 8 kilómetros donde se registran la mayor cantidad de muertes, desde los últimos seis años cuando la calle de siete metros se convirtió en una de 22, al pasar de dos a cinco carriles, sin que sus habitantes y conductores estuvieran conscientes de sus riesgos.

Minor Picado, jefe de la delegación de Tránsito de Pérez Zeledón, explica que: “somos un pueblo que pasó a tener una carretera sin campañas de seguridad vial, sin explicaciones, ni garantías para el peatón. La gente aprendió a golpes”.

Carlos Acosta, director ejecutivo del Conavi, explica “estamos ante una zona recta, plana muy ancha, donde no se respetan los límites de velocidad y no se tienen oficiales de tránsito 24 horas para su vigilancia”.

No se respetó nunca la velocidad de 40 kilómetros por hora; por ahí se registraron valores de 100 y 120 kilómetros, velocidad a la que nadie puede ponerse a salvo, más cuando la división de los cinco carriles se usa para rebasar sin respetar al peatón que ahí esperaba para poder cruzar esa ruta.

Mala iluminación, falta de señalización, de semáforos, de puentes peatonales e irrespeto se confabularon con la falta de seguridad para quienes no tenían más remedio que atravesar por ahí y enfrentarse a la muerte.

Esa falta general de condiciones determinó un informe de auditoría del Laboratorio Nacional de Materiales y Modelos Estructurales (Lanamme) en enero 2010 y cuyas recomendaciones atiende, quince meses después, Conavi con la construcción de tres kilómetros de islas en el carril central, para descanso y seguridad de peatones.

Esas obras iniciaron hace tres semanas y a la fecha muestran un avance de 750 metros y la meta es completar 3 kilómetros en dos meses, con un costo de $3 millones. Los correctivos contemplan además construir rotondas en el barrio Sagrada Familia, Lourdes y frente a La Subasta Ganadera y Plaza Monte General.

Arturo Alfaro, ingeniero a cargo de las obras de Quebradores del Sur, explicó que esperan concluir en 50 días y con estos trabajos, “el ICE nos solicitó dejar una cometida eléctrica para la instalación de lámparas”. Ello atacaría la poca iluminación de la recta. Acosta especificó que para desarrollar la integralidad de las obras gestionan ante el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) autorización y así iniciar la contratación.

Tragedia directa

Cuatro semanas después de que las fuerzas vivas de Pérez Zeledón protestaran por el riesgo que corren sus vidas, las obras de mitigación de esos riesgos son una realidad. Aunque se reclama todavía puentes peatonales y educación vial, no previstos por Conavi, advierte el alcalde de Pérez Zeledón, Luis Mendieta.

El efecto ha sido directo en una comunidad que lamenta el fallecimiento de 141 de sus vecinos y, otros 3.375 claman por “No más muertes en la Interamericana sur de Pérez Zeledón” en la red social Facebook.

Para Nuria Elizondo la carretera se construyó solo para vehículos y no pensaron en la gente, aquí en Pérez, la escuela de seguridad vial está cerrada y el equipo se deteriora.

Elizondo y su familia lloran también la muerte de parientes en esa ruta, de Leonard Venegas, su esposa Katia Mora y sus hijas pequeñas el 16 de enero de 2010.

El martes pasado perdió la vida, Josué Mayorga, trabajador del ICE, al impactar el domingo 19 de junio contra la estructura de la ampliación del puente San Isidro, 200 metros sur de los tribunales. El agonizó dos días en el Hospital Escalante Pradilla.