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Domingo 10 de julio de 2011, San José, Costa Rica

“El Compadre” y director de “La Patada” no se olvida

Legado de Parmenio sigue vigente tras década

Carlos Láscarez S.

clascarez@aldia.co.cr

Tres días después de que se cumplieran 10 años del atentado traicionero que acabó con el productor radiofónico Parmenio Medina Pérez, sus allegados consideran que faltaron personas por condenar... también penas más elevadas para los autores.

El crimen se remonta al 7 de julio del 2001, cuando tres balazos acabaron con Medina en el momento en que llegaba a su casa, en San Miguel de Santo Domingo (Heredia), tras grabar –en San Juan de Tibás– su programa de denuncia “La Patada”.

Por su muerte, descuenta 35 años de prisión el empresario Omar Chaves Mora (le agregaron otros 6 años y 8 meses por estafa).

También Luis Alberto Aguirre Jaime, conocido como “El Indio” y quien fue condenado a 30 años de prisión el 19 de diciembre del 2007.

Según el Tribunal de Juicio de Heredia, Aguirre fue la persona que atentó contra Medina. El comunicador falleció al ingresar al hospital Calderón Guardia.

En el juicio también fue condenado a 15 años de prisión (reducidos luego a ocho) el sacerdote Minor Calvo Aguilar, hoy convertido en dueño de un restaurante.

Lo hallaron responsable de estafa en perjuicio de los seguidores de Radio María de Guadalupe.

Confianza en sí mismo

Patricia Medina Castrillón, hija mayor de “El Compadre”, aseguró que el principal legado de su padre fue su honradez y transparencia. Así lo demostró durante sus 62 años de vida.

“El valor más grande que tenía papi era la confianza que tenía en sí mismo; esto lo hacía una persona noble. Cuando uno cometía un error, se sentaba a explicar por qué estaba malo”, recordó entre lágrimas.

“El Compadre” llegó solo al país, procedente de Colombia, en 1968. Dos años después, mandó a traer a sus cinco hijos y esposa para establecerse aquí de forma definitiva.

El país lo cautivó desde el primer momento. Estaba seguro que iba a sacar adelante a su familia.

Luego de administrar durante varios años el restaurante Parmenio, en Esparza, Medina (junto a su esposa Marta Castrillón) decidió vender el negocio por considerar que ya los hijos estaban grandes. El “gusanillo” de la radio, que traía desde Colombia, le mostró siempre el camino.

“La Patada” no existiría

De manera enfática la hija del comunicador, manifestó que en caso de que su padre viviera, el programa “La Patada” ya no existiría. Parmenio estaba cansado y anhelaba viajar, en especial a Chile, país que catalogaba como muy sano y de gran cultura.

“Me dijo varias veces que estaba un poco cansado. Como mucho pienso que hubiera aguantado cinco años. Le gustaba sembrar y tener perros, aunque fueran zaguatillos”, comentó su hija.

Con lo que nunca pido lidiar Medina fue con la computadora. Sus guiones y trabajos los escribía en una antigua máquina de escribir. Patricia la conserva como un tesoro.

“Prefería la máquina de escribir y las copias a carbón. El celular no le gustaba mucho. Inició como locutor en radio Monumental, donde conoció a Edwin “Metro” González y de ahí surgió la idea (de crear “La Patada”). Quería sacar la verdad jocosa; sin choteo o burla”, dijo.

No les guarda rencor ni odio

Al ser consultada sobre lo que significan Omar Chaves, “Indio” Aguirre y Minor Calvo, la primogénita manifestó que son personas que le llevaron dolor.

“Gracias a Dios que nosotros no manejamos odio ni rencores. Siento que faltó un poco más de fuerza y convencimiento por parte de los jueces, de que otros participaron. Muchas veces durante el juicio los imputados se burlaron y me hicieron gestos obscenos”, comentó.

“Si hubiera sido al revés y hubieran matado a alguno de mis hermanos, estoy segura de que papi hubiera actuado como el señor Carlos Marín (padre de una de las empleadas del casino White House, asesinada por una pareja de hampones). Su temperamento me parece tan similar al de papá”, aseveró en la sala de su casa.