Domingo 27 de noviembre de 2011, Costa Rica

Esta exreina de belleza sin dimes y diretes le confirmó a VIP su soltería, además repasó sus proyectos de vida

Marisol Soto, presentadora y empresaria

Rodolfo Rodríguez

rodolfo.rodriguez@aldia.co.cr

Su sueño nunca fue ser reina, todo lo contrario y como ejemplo de sus padres, quería ser una mujer de negocios, algo que hoy es una realidad y sin duda explica su complicada agenda.

Lejos de verla en salones de belleza o en gimnasios, Marisol Soto dice ser una mujer trabajadora, dedicada prioritariamente a sus hijas: Marianne y Nicole, de 14 y 12 años respectivamente. Además se reparte entre la conducción de los programas Destinos TV nacional e internacional, la presidencia y organización de Sra. Costa Rica y su agencia propia de relaciones públicas.

“Hay mucha gente que cree que las reinas de belleza somos personas superficiales. En mi caso no es así. Me despierto a las 6 de la mañana todos los días para dejar a mis hijas en la escuela y el colegio y a partir de ahí tengo muchísimo trabajo. Con todo lo que corro en el día siento que me mantengo delgada, sólo me cuido el pelo y las uñas, casi no tengo tiempo”, dijo Soto.

Estudió Administración de Empresas y para nada es de las mujeres que se intimidan a la hora de divulgar la edad.

“Tengo 38 años y muy bien vividos, agradecida con Dios, no me cambio por nada”, agregó la presentadora, quien además aseguró que no tiene implantes y que la única cirugía que le han realizado fue la cesárea de su primer parto.

Su faceta de madre la vive intensamente, además sueña algún día con ver a alguna de sus hijas como toda una reina, “me gustaría ver a alguna de ellas con una corona, pero nunca las influenciaría para que lo hagan. Las dos tienen claro lo que quieren estudiar, de pequeñas y hasta el momento no han sido criadas para serlo”.

Labor infaltable

En noviembre de 1995 un jurado dictaminó que Marisol Soto era la señora más bella del mundo. Orgullosamente costarricense y de madre colombiana, esa experiencia la llevó a realizar su sueño: “construir un concurso para que la belleza sirva para ayudar a los demás”, así nació en el 2006 el certamen Sra. Costa Rica, dándole oportunidad a mujeres casadas.

“La labor social siempre ha estado en mí desde el inicio. Mis hijas también están muy involucradas por lo que me llena de mucha felicidad”, citó.

Y es que todo el ingreso generado por el concurso internacional es a beneficio de la Fundación de Cuidados Paliativos del Hospital de Niños, este año representados por la guapa Adriana Aguilar, quien empacará junto a Marisol en diciembre rumbo a Orlando, Florida.

Otro de sus sueños es terminar de escribir un libro de belleza, en el que transmitiría todas las experiencias y uno que otro consejo. “La inspiración son las mismas mujeres, haciendo fila en el cine, en el supermercado, siempre ando dando consejos a las que me lo piden, me encanta compartir con la gente lo que sé”, comentó la discípula de doña Flora Muñoz, una institución en el país en etiqueta.

Confirmó su soltería

Mucho se ha rumorado con respecto a su relación amorosa con el cantante de la agrupación Escats, Luis Alonso Naranjo. La relación llegó a su final y sin entrar en detalles Marisol lo confirmó.

“Lo digo con pocas palabras: nuestra relación terminó y le deseo lo mejor”, aseguró Soto quien también dejó claro que no anda en busca de novio, dice que las puertas del amor nunca se cierran.

“Creo que ahorita no es el momento para pensar en otra pareja. Estoy muy feliz concentrada en mis hijas y proyectos personales, pero tengo la fe de que me voy a volver a enamorar algún día”, agregó.

Aún así, la exreina de belleza también comentó sobre ciertos detalles que para ella son fundamentales a la hora de tener a alguien a su lado.

Sin importar la edad, le gustan hombres que la hagan reír, emprendedores, que pasen ocupados para así darse calidad de tiempo, pero sobretodo que adore a sus hijas.

Alrededor de su imagen se tejen prejuicios y chismes, pero a pesar de ello, Marisol no pierde la sonrisa, ni sus hermosos sueños que a menudo se convierten en realidad.