Hortensia Briceño, artesana y dirigente comunal de Guaitil por muchos años, dice que hay que velar por la artesanía propia y evitar copias de otros países.
“Yo luché toda mi vida para conservar lo propio. La pieza chorotega se identifica porque nunca es toda pintada; solo en ciertas partes lleva decoración”.
“Si lleva un jaguar o un tucán, se le ve la cabeza que resalta y el resto es de un solo color” agregó.
Entre sus anécdotas recordó que fue parte de la primera organización femenina legalizada del país. Eran 24 mujeres que se integraron en una cooperativa de Guaitil de 1967 a 1985. Se llamó Coopearte R.L. Con sus aportes, lograron abrir la vía a Guaitil.
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