“La medicina, a diferencia de otras profesiones, se aprende haciendo”, explica el director del Hospital Nacional de Niños, Rodolfo Hernández.
La búsqueda de la perfección para realizar diversos procedimientos y la pasión de muchos de los estudiantes los lleva a prácticas un tanto curiosas.
“Yo aprendí a inyectar usando naranjas; también inyectábamos cerdos o pasábamos a la carnicería a comprar posta”, recuerda Óscar Montero, decano de Medicina de la Ucimed.
Los entrevistados coincidieron en que ahora existen más facilidades, pese a que los animales y cadáveres aún se usan para practicar.
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