Dos expolicías antimotines, miembros de la Unidad de Intervención Policial (UIP), fueron condenados ayer a 40 y 140 años de prisión por asesinar a dos presuntos sicarios colombianos.
El Tribunal de Juicio de San José también impuso 55 años de cárcel al empresario estadounidense Allan Pearson, dueño de un centro de llamadas.
Los exoficiales Douglas Navarro Alfaro y Roberto Porras Porras, al igual que el extranjero, descontarán seis meses de prisión preventiva.
A los tres los declararon culpables de la muerte de los colombianos Diego López Enao y Alejo Rojas Meza, a quienes acribillaron a balazos, desde una motocicleta, el 1° de noviembre del 2006 y el 9 de setiembre del 2007, respectivamente, en San José.
Delatados por examante
En el caso de Navarro, también lo sentenciaron por siete violaciones en perjuicio de una excónyuge quien, precisamente, lo delató luego de ser víctima de violencia doméstica durante dos años.
La mujer, de apellido Salazar, brindó a las autoridades judiciales detalles que el hoy sentenciado le contó sobre los crímenes.
El Tribunal concluyó que los sudamericanos fueron inicialmente contratados por Pearson para que mataran a dos de sus exsocios, de origen hindú y nacionalidad inglesa, lo que no hicieron.
Por eso, según los jueces, habría pagado “una fuerte suma” para que los liquidaran, tarea en la que supuestamente participaron Porras y Navarro. Este último les disparó a quemarropa.
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