Deportes
Domingo 11 de septiembre de 2011, San José, Costa Rica
Pasión por el deporte

Medford cree que Rónald Mora quizá sintió que él iba por su puesto

No eran compatibles

Rodolfo Martín

rmartin@aldia.co.cr

Limón.Hernán Medford expresó quedar satisfecho al dejar la gerencia deportiva del equipo local porque logró, entre otros proyectos, materializar patrocinios por más de ¢200 millones.

Más otros que quedaron en camino; participar en la reorganización total de las ligas menores, al punto que hay ocho equipos en el torneo de UNAFUT pero, con el equipo de la primera división, se mantuvo al margen, por diferencias con su t´écnico Rónald “El Macho” Mora.

Incompatibles

“Con la primera división no me mezclé mucho porque tengo que ser sincero y no lo puedo obviar: ‘El Macho’ y no éramos tan compatibles. Eso puede pasar en cualquier parte del mundo”, expresó el ex mundialista el viernes pasado en Limón.

“Él trató y yo traté –dijo Medford–, a él no lo voy a culpar de todo porque yo también fui culpable de ciertas cosas. En estos puestos hay que tratar de llevarse”.

No obstante, recalcó que no fue una relación de “perros y gatos” y que ambos debieron de haber puesto más de su parte, para haberse llevado un poco mejor.

A Medford se le preguntó si ese distanciamiento comenzó al inicio o durante el transcurso de su gestión.

“Yo creo que “Macho” sintió que aquí uno venía por el puesto suyo.. Yo le había hablado claro que lo que me interesaba era la parte gerencial y no el ser entrenador”.

Medford estima que tal vez él “no entendió esa parte y quizá eso lo tenía un poco preocupado”, aunque aclaró desconocer “qué pasaba por su cabeza”.

Pese a lo anterior, no obstante, dijo que en “algunos momentos hubo un poco de química”.

Lamentablemente, añadió, los “dos quedamos debiendo en términos de una mejor relación”.

“No le tiro toda la bronca a él. Eso no es válido porque uno también tiene su carácter, su forma de ser y de pensamiento”, expresó cuando conversaba en el corredor de su casa, una amplia vivienda ubicada en una urbanización próxima de Moín, que el equipo le había prestado para que viviera con su esposa y los cuatro hijos.

“Lo más normal es que el gerente deportivo traiga su entrenador. Sin embargo, cuando vine ‘El Macho’ ya estaba y eso había que respetarlo. Otra persona ya lo había puesto. Yo, sinceramente, no tenía poder sobre ‘El Macho’.

Medford reflexiona por un instante, mira hacia el patio de la casa donde hay sembradas algunas palmeras y llega al convencimiento de que “en algún momento los dos lo intentamos, pero diay, somos seres humanos que a veces que no llegan a un acuerdo”.

La entrevista acaba en el preciso momento en que la esposa llega a la casa despu´s de haber ido a hacer ejercicios y a recoger a los hijos al Colegio Adventista.