El viernes se celebró el Día del Niño en Costa Rica y es una muy buena oportunidad para comentar sobre los sueños que muchos niños tienen de convertirse en futbolistas de renombre tanto a nivel nacional como mundial, ese que tuve yo y que posiblemente usted también.
Me hace feliz leer y contestar los correos que me escriben muchos niños en mi página web, donde me cuentan que son buenos jugadores, que quieren jugar en equipos, selecciones y llegar a ser el mejor en su puesto.
Algunos me dicen que les aconseje y yo les respondo que la disciplina y las ganas son las claves. Les digo que luchen cada día por lo que quieren, que tengan perseverancia y que sigan estudiando porque si la oportunidad de jugar no se presenta ahí está el estudio para trabajar.
Les pongo mi ejemplo de que yo era un fiebre, esperaba con ansias el recreo de la escuela para ir a jugar, si no había bola, pateábamos una botella o un tarro. Pero así como jugaba también tenía que estudiar.
A los papás y mamás también quiero darles un consejo, respetar la decisión del niño y no engañarlo.
Pero también les digo a los padres de familia, a los niños y a los jóvenes, que si fueran rechazados por entrenadores pero sienten que tienen deseos y condiciones, sigan adelante, busquen la oportunidad. Yo lo hice cuando luego de que en Saprissa no me aceptaron cuando tenía 10 o 11 años, seguí jugando con el equipo que tenía mi abuelo en el barrio y luego fui a probar al Proyecto San José en Alajuela y ahí Sergio Bolaños aprobó mi llegada.
Pasé al infantil del equipo Alajuelense pero un entrenador me dejaba en banca, seguí y seguí y fui ascendido al Alto Rendimiento y luego al primer equipo de Alajuela. Hoy miro atrás y me doy cuenta que los sueños sí se pueden cumplir con talento y disciplina.
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