Nacionales
Domingo 15 de enero de 2012, Costa Rica

Comienza remozamiento del antiguo centro penitenciario, clausurado en 1991

San Lucas resurge del abandono

Angie López Arias

angie.lopez@aldia.co.cr

Poco a poco, la isla San Lucas, en el Golfo de Nicoya, renace del abandono en el que estuvo por 20 años y pronto lucirá como la joya ambiental, arquitectónica e histórica que es, sin perder el misterio que la envuelve.

Un proyecto interinstitucional de restauración del antiguo y famoso centro penitenciario, uno de los más temidos en la historia del país, permitirá posicionar al sitio como un destino turístico.

Con el remozamiento de la comisaría, una edificación de tres plantas que albergaba las oficinas administrativas de la cárcel, inicia la restauración y recuperación de los edificios de la recordada “Isla de los hombres solos”. Allí se conformará un Centro Histórico Cultural, esto luego de que la Sala Constitucional ordenara al Ministerio del Ambiente (MINAET), Ministerio de Cultura, Municipalidad de Puntarenas y al ICT implementar un plan de desarrollo turístico de la isla.

Desde que la cárcel cerró, en 1991, el sitio estaba en el olvido y su deterioro por el paso del tiempo es más que evidente.

La isla, de 460 hectáreas, fue declarada Refugio de Vida Silvestre y Patrimonio Histórico Arquitectónico en 2002, según contaron los guardaparques Gabriel Solís y Ólger Chan, quienes velan por la seguridad del lugar.

Nueva cara

El Centro de Patrimonio invirtió ¢104 millones en la restauración de la comisaría, en la que se reforzaron pisos, techos y forros externos e internos. También se cambiaron las cerchas, láminas de zinc, ventanas y cornisas.

Además se adecuaron cuatro baños y habitaciones y se reparó la escalinata (escalera artística). La estructura se pintó con pintura acrílica en tres tonos pastel.

“El edificio estaba colapsado. El segundo piso de madera estaba destruido; los forros exteriores muy deteriorados y el zinc herrumbrado”, explicó Óscar Salas, encargado de la restauración.

La estructura, levantada en los años 30, se construyó en concreto reforzado en la primer planta y de madera en las otras dos.

Adrián Vindas, director del Centro de Patrimonio, comentó que lo que se busca es promocionar a la isla no solo como destino turístico, sino también histórico e incluso arqueológico por los yacimientos indígenas hallados.

Más mejoras

Continúa una segunda etapa de remozamiento de otras edificaciones como la capilla, que urge reparaciones, los calabozos, techos de las celdas y el muelle.

También el dispensario, el camino de piedra al entrar –conocido como Calle de la Amargura –, senderos dedicados al ecoturismo con su respectiva rotulación y baños públicos, así como una nueva estación de guardaparques.

Hermes Navarro, líder del Macroproceso de Gestión Turística del ICT, dijo que el gobierno de Japón donará $850 mil para realizar estas mejoras, cuyas unidades ejecutoras son ICT y Minaet.

Viaje al pasado

Desde la entrada al viejo penal y más aún al recorrer cada uno de los rincones del complejo, es imposible no remontarse a las vivencias de los reos de 1873 y 1991, lapso en el que la cárcel funcionó.

Tras esas experiencias, José León Sánchez, dio luz al libro “La isla de los hombres solos”.

Aunque en el lugar impera el silencio, las antiquísimas paredes de las celdas y los grafitis y dibujos de contenido sexual (en su mayoría) que plasmaron los privados de libertad, gritan las historias que allí se vivieron.

Reos peligrosos, otros no tanto y hasta famosos, como Beltrán Cortés, acusado de asesinar al muy querido doctor Moreno Cañas, seguirán siendo protagonistas de las míticas leyendas.

La nostalgia y el misterio del sitio no se irán; tomarán más fuerza con el maquillaje al que se someterá la emblemática cárcel.