El cambio de cara que experimenta el Ricardo Saprissa tiene aún tareas pendientes y lunares; las graderías este y oeste en su parte experior dan la imagen de un estadio avejentado y descuidado.
Además, hay palcos que están dañados e incluso el techo de sombra oeste tiene agujeros, que en condiciones lluviosas permiten filtraciones de agua.
Y el vestuario del equipo visitante no cuenta con las comodidades del local, en cuanto a infraestructura.
El presidente Juan Carlos Rojas aseguró que está consciente de la situación y todo forma parte de un plan maestro para mejorar el recinto en su totalidad.
“El Ricardo Saprissa es un estadio que los años lo golpean, la gradería este tiene 40 años y la oeste menos, pero le pasa igual, cuando el estadio se hizo era otra época y no se contemplaba tanto el tema estético hacia fuera, sino lo de adentro. Nuestro proyecto abarca no sólo mejoras en dichas graderías, sino en baños, palcos e inclusive vamos a quitar todo el techo de la gradería oeste, porque ya no sirve”, explicó.
La sustitución del techo iniciará en los próximo meses con una inversión cercana a los ¢30 millones.
El jerarca afirmó que cuando Jorge Vergara entregó el Saprissa en abril pasado, “recibímos un estadio en mal estado, pero no me sorprendió porque yo venía antes como aficionado y al igual que cualquiera iba al baño y pasaba por la zona de comidas”.
De acuerdo con Rojas, “tal vez algunos aficionados están frustrados pero les pedimos paciencia, esto apenas está empezando; lo hecho ahora es un 20% de lo que queremos”, concluyó.
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