Nacionales
Domingo 5 de febrero de 2012, Costa Rica

El “Hombre Topo” de Pérez Zeledón

Con una pala creó un reino bajo tierra

Alejandro Méndez Leiva

alejandro.mendez@nacion.com

A solo 30 minutos del centro de San Isidro de El General, específicamente en el distrito de San Pedro, existe un mágico lugar bajo tierra con cientos de metros de túneles en los que abundan dinosaurios, tigres, tortugas gigantes, faraones y pirámides egipcias.

Este lugar no es de fantasía. Se trata del “Museo Arqueológico Subterráneo de Costa Rica y Centroamérica”, mejor conocido como “Topolandia”.

Está construido bajo toneladas de tierra y no posee otro material de construcción más que la tierra misma.

“Topolandia” nació de la imaginación de Manuel Barrantes, de 60 años. Él trajo desde Brasil la idea de construir este sitio. En ese país laboró como minero.

Allá buscó oro y diamantes. De paso, aprendió las técnicas necesarias para excavar.

“Desde hace más de 30 años yo venía con esta idea en la cabeza. En Suramérica mucha gente vive así, bajo la tierra. Es muy común para ellos.

“Entonces yo me dije: ¿por qué no hacer algo igual en Costa Rica? Hace siete años agarré una pala y comencé a escarbar”, recordó.

Nunca se detiene

Según Barrantes, la tierra de esta zona es diferente y “chiclosa”, lo que le ha permitido excavar por más de siete años sin parar un solo día.

“Uno escarba y la tierra no se desprende con facilidad. Es lo bastante sólida como para poder construir los túneles.

“Hasta el momento llevo como 400 metros de túneles y es apenas el 60% del proyecto. Espero terminarlo en unos dos años”, señala con un dejo de orgullo.

“Topolandia” posee, hasta el momento, tres habitaciones con camas de piedra, once entradas, una sala de meditación y decenas de esculturas con formas de animales. También ornamentos históricos que representan la diversidad cultural.

Este mundo mágico no deja de sorprender. Poco a poco gana ha ido ganando admiradores.

El nacimiento de un proyecto

La idea de este visionario nunca fue lucrar con este proyecto, sino más bien crear su propio refugio en medio de una época dominada por la contaminación y el estrés.

“Yo siento que esta podría ser la casa del futuro. Incluso en muchos países del mundo es muy común este tipo de construcciones. Aquí la temperatura siempre es fresca y lo único que necesité para construir fue una pala, un pico y un carretillo” asegura el “Hombre Topo”.

Este “refugio” queda contiguo a la calle principal de la comunidad de San Pedro.

Atraídos por los rumores de un mundo bajo tierra, muchos han comenzado a visitarlo y de paso generan ingresos para que don Manuel siga con la obra. Así mantiene a su familia

“Yo he invertido más de ¢30 millones en esto. La mitad me lo ha generado la gente que viene a conocer el sitio”, dice el exminero.

El boca a boca es la única publicidad que ha dado a conocer este lugar. Los rumores han generado un efecto dominó. Alguien le cuenta a un tercero que existe un reino subterráneo y la curiosidad se encarga del resto.

Entre semana, la cantidad de turistas que llega al lugar es mínima. El fuerte es sábado y domingo, cuando llegan decenas de visitantes. Por eso con frecuencia el “Hombre Topo” tiene que acudir a su familia y amigos para que lo ayuden a con los recorridos, que demandan al menos una hora.

“A veces tengo que poner hasta cinco guías los domingos por la cantidad de gente que llega. Igual yo estoy feliz con lo que me gane por día. A mí no me interesa hacerme millonario”.

Visitantes nacionales

“Topolandia” es más visitado por turistas nacionales que extranjeros, sobre todo por vecinos de la zona sur, que llegan por recomendación de algún amigo.

“Estoy impactada. Nosotros nos dimos cuenta por el Facebook. Un amigo nos lo enseñó.

“Lo que más me impresiona es la creatividad que tuvo él de crear esto”, asegura Shirley Gamboa, profesora y vecina de San Isidro de El General.

Igual impresión le causa a Mayra Vindas encontrarse a 15 metros de profundidad bajo tierra. Ella es abogada y vecina de San Isidro de El General.

“Uno jamás se imaginaría algo así y tenerlo tan cerca. Estamos apenas a unos minutos de San Isidro. Lo felicito por su trabajo”, dice Vindas.

Los visitantes quedan impresionados. “Yo soy de San Rafael norte de Pérez Zeledón y mi hija fue la que me dijo que esto estaba aquí. “Yo tenía que venir y sentir que es estar dentro de este lugar. Es inolvidable”, asegura Elsy Mena, un ama de casa.

Algunos tips

Barato

El precio por el tour es de ¢2.500 por adulto y ¢1.500 los niños. Los extranjeros deben pagar $10.

Solo de un día

Aunque muchas personas piden permiso para quedarse a dormir, “Topolandia” no ofrece el servicio de hospedaje.

Horario

Está abierto todos los días de 7 de la mañana a 5 de la tarde.

Sorpresas

Dentro del inmueble hay esculturas en las piedras, así como muebles tallados en la tierra. Se exhibe gran cantidad de objetos.