Lidieth Guillén es la esposa de Manuel Barrantes. Ellos se casaron hace más de treinta años. Un día, aburridos de la vida que llevaban en la capital, decidieron venderlo todo e irse al campo a empezar de cero.
“Nosotros nos enamoramos de esta zona hace mucho tiempo. Veníamos casi todos los fines de semana.
“Incluso durante mis embarazos pensé que iba a terminar teniendo a alguno de mis hijos aquí de tanto que veníamos. Hace 20 años que compramos este terreno. Luego nos vinimos a vivir aquí”, indicó la señora.
Este matrimonio es originario de Moravia.
Hace 15 años tomaron la decisión de vender su negocio (una imprenta) y todo lo que tenían para correr tras su sueño en la zona sur.
Era lo que tenían en mente para sus tres hijos.
“Fue muy duro al principio. Ese choque de la ciudad al campo fue muy difícil. Mi esposo no conseguía trabajo en ningún lado porque lo único que sabía era el oficio de la imprenta. Tuvo varios trabajos; incluso nos tuvimos que poner a criar chanchos y gallinas para mantenernos”.
Según cuenta Guillén, un día su esposo le contó sobre este proyecto y confiesa que ella fue la primera en pensar que estaba loco.
“Yo solo lo vi un día escarbando y traté de hacerlo entrar en razón porque pensaba que estaba loco, pero él no escuchaba.
“Luego puse todo en manos de Dios y dije que sí terminaba enterrado, sería por voluntad de él.
Después vi que nada pasaba y cuando nos dimos cuenta, ya estábamos viviendo en este lugar”.