Cerca de la medianoche de anteayer, un tubo madre de Acueductos y Alcantarillados (AyA), ubicado en Escazú centro, se comportó, según los vecinos, como si fuera un volcán activo.
El caos fue tal, que cinco casas se vieron afectadas y dos tuvieron pérdida de muebles y electrodomésticos.
El agua rompió el asfalto, tiró piedras y expulsó agua a presión que alcanzó unos 15 metros de altura, comentaron los lugareños.
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“El montón de agua que cayó sobre mi techo lo rompió. La refrigeradora casi alza fuego por el contacto con el agua. A pesar del peligro, nos toca dormir aquí”, comentó la afectada.
La escazuseña María González llamó esa noche al AyA, pero le indicaron que debían esperar hasta las 7 a.m. porque los técnicos no trabajan en la madrugada.
La cuadrilla llegó hasta las 8 a.m. para acabar con lo que el vecino Francisco Angulo calificó “como un festín de agua”. Los trabajadores que repararon el daño no dieron declaraciones.
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