La noche del martes fue Ana Hernández en La Carpio. La semana pasada Carmen Herrera en Pococí. La primera de 35 años, la segunda de 23. Una de tres balazos, la otra estrangulada.
Estadísticas del Poder Judicial revelan que ocho mujeres han muerto en lo que va de este año en manos de sus maridos, compañeros sentimentales o pretendientes.
Los principales detonantes de estas historias que desgarran decenas de familias todos los años en nuestro país son los celos, no aceptar el rompimiento de una relación, no ser correspondido en el amor o ataques sexuales.
Curiosamente, en casi un 40 por ciento de los casos el homicida se quita la vida.
En el caso de Ana, la vecina de La Carpio en La Uruca, el hombre que le disparó tres veces antenoche se disparó en el rostro y está delicado en el hospital México. El homicida de Carmen Herrera, el de Pococí, fue detenido cuando iba a deshacerse del cuerpo. Era el pretendiente de una joven tres años mayor.
Muchas veces el caso queda judicialmente cerrado con la muerte de ambos actores, eso no significa que el luto de las familias quede de lado.
En otras situaciones como las de los recientes ejemplos citados, un homicida queda entre la vida y la muerte a la espera de recuperarse para ir a prisión y otro de sólo 20 años, quedó preso y a la espera de juicio.
Las penas varían entre los 20 y los 35 años de prisión, por ello muchos homicidas optan por autoeliminarse al cumplir su meta.
Cadena de violencia
En el 2011 hubo 11 femicidios. La mitad fueron por celos. El esposo o el hombre que vive con una mujer sin estar casado con ella es el asesino en dos de cada cinco casos.
La ira y el desenfreno por parte del agresor son regularmente la culminación de una cadena de agresiones previas.
Muchas muertes ocurren cuando la mujer decide abandonar a la pareja.
Denunciar la situación a las autoridades o mantener otra relación les costó la vida en algunos casos, según el informe.
Representantes del Instituto Nacional de las Mujeres y del Poder Judicial insisten a la población para que alerte al 911 cuando escuche alguna agresión.
En época de vacaciones aumentan los casos cuyas víctimas en su mayoría son mujeres dedicadas al hogar. Otro factor que también afecta el núcleo familiar es que la mitad de las víctimas procrearon hijos con el agresor.